Injusticias
Todavía no me acostumbro a que los madrileños se manifiesten por las injusticias de la economía mundial y luego les cobren tres euros por un café y se queden tan frescos. Hace poco, todo el mundo con pancartas de "No a la guerra" en su casa, pero luego no saludan al vecino y ni se te ocurra pedirle una pizca de sal al pacifista porque, como no te conoce, no te abrirá la puerta. Ahora están todos revoloteando como los chotacabras de Lovecraft porque ven que puede haber otra guerra mundial y no ven que los vascos pueden tener una civil. Ayer, en un tienda me cobraron 560 pesetas por una simple encuadernación, pedí la cuenta y vi que te cobraban veinte duros por darte un corte con una guillotina. Mañana me manifiesto en contra de la pena de muerte. Vale, que el mundo está muy mal, que habrá una guerra mundial, otra civil y un Papa negro, pero será por los que pagan precios astronómicos en restaurantes vegetarianos y luego se manifiestan porque la matanza del cerdo es una salvajada.
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