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Las catástrofes naturales causaron la muerte de ocho personas en 2002

El número de víctimas en toda España fue de 78 en ese año

Los fenómenos meteorológicos adversos se cobraron el pasado año 78 vidas en España, ocho en la Comunidad Valenciana. La mitad de las víctimas falleció a causa de accidentes provocados por la niebla y por los temporales marítimos. Andalucía fue la región más castigada con 19 muertos. La Comunidad Valenciana ocupa el cuarto lugar en la lista de autonomías con más fallecidos.

España no es escenario de desastres meteorológicos de gran envergadura como los registrados en las costas del este de Estados Unidos con el paso de los huracanes; sin embargo, ningún punto geográfico es ajeno a desgracias a causas de fenómenos climatológicos adversos. En el territorio nacional, un total de 78 personas perecieron en 2002 víctima de la virulencia de los temporales o, en su defecto, accidentados a consecuencia de la meteorología adversa.

Con motivo hoy del Día Internacional para la Reducción de los Riesgos de la Naturaleza, Jorge Olcina, responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, y Francisco J., científico del Instituto Geológico y Minero de Madrid, presentaron ayer un informe sobre el impacto social de los desastres meteorológicos. Según los expertos la cifra de fallecidos en 2002 es sensiblemente inferior a la media anual entre 1990 y 2000, que se sitúa en torno a las 99 víctimas.

Del total de los fallecidos -el 76% era varón-, el número más alto se registró en Andalucía. Castilla y León fue la segunda autonomía más castigada con 11 víctimas. La Comunidad Valenciana se sitúa en el cuarto lugar, con ocho personas muertas. Por delante, está Canarias, con nueve muertos. Le siguen País Vasco, con siete; Baleares y Cataluña, con seis; Galicia, con cinco; la Comunidad de Madrid, con cuatro, Castilla-La Mancha, con dos, y Aragón, con uno.

La niebla fue el principal enemigo de los conductores, toda vez que la escasa visibilidad fue el motivo de 19 accidentes mortales. Del total de siniestros, 10 se registraron en carreteras y nueve fueron percances aéreos. Los temporales marítimos fueron, según el citado informe, la segunda causa mortal. El mar se cobró la vida de 32 personas, 14 de las cuales murieron por golpes de mar.

Las inundaciones en cursos torrenciales (11), los vendavales en tierra (6), los aludes y riegos vinculados al hielo (5), las descargas de los rayos (4) y los desprendimientos fueron, también, causa de muerte. El informe desglosa los siniestros más graves por el número de víctimas mortales. El más virulento se registró el 20 de marzo en Simancas (Valladolid), cuando la densa niebla ocasionó un choque múltiple que se saldó con ocho muertos y 40 vehículos implicados, entre turismos y camiones.

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El segundo más relevante, y que tuvo en vilo durante unos días a la opinión pública en Santa Cruz de Tenerife durante ese mes, fue la formidable tromba de agua que durante más de dos horas descargó unos 220 litros por metro cuadrado. Como consecuencia de las lluvias, ocho personas murieron. El temporal de viento que sacudió a la provincia durante los días 13 y 14 de noviembre, concluyó con el fallecimiento de cinco personas a causa de las caídas de grúas en Santurce (Vizcaya), A Coruña y Cádiz. En enero, Canarias se vio gravemente afectada por la fuerte calima sahariana.

Mejor planificar

La Comunidad Valenciana registra periódicos episodios de gota fría, y anualmente formidables tormentas de agua. Por ello, los expertos insistieron ayer en "extremar" las medidas ligadas a la reordenación del territorio en zonas más sensibles a las inundaciones. En opinión de los especialistas, estas medidas -prohibir construir en barrancos o cauces de salida natural de aguas- deben anteponerse sobre las actuaciones en hormigón que, habitualmente, se ejecutan tras grandes riadas, entre ellas el encauzamiento de barrancos. Según los expertos, las actuaciones de hormigón son de "escasa eficacia y viabilidad".

Un caso paradigmático es la ciudad de Alicante, cuando después de la riada de 1997 se construyeron las obras contra riada.

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