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Torres Hurtado insiste en que el metro de la Junta es inviable

Javier Arroyo

El alcalde de Granada, José Torres Hurtado (PP), hizo ayer públicas las alegaciones que el Ayuntamiento granadino ha presentado ante la Junta de Andalucía para el anteproyecto de la línea de metro ligero que se construirá en la ciudad. El acuerdo de la anterior Corporación municipal, gobernada por PSOE, IU y PSA, y la Junta hacía referencia a un metro de superficie, pero el Partido Popular se decantó desde el primer momento por un tren subterráneo. Ayer, el alcalde explicó que un tren por el centro es inviable porque dificultaría o imposibilitaría el tráfico en algunas vías cruciales de la ciudad.

Respecto al incremento económico, Torres Hurtado calculó que sus propuestas aumentarían en un 30% el presupuesto inicial (300 millones de euros). Este gasto extra, de alrededor de 90 millones, dijo, no debe constituir ningún problema en una infraestructura cuyo rendimiento se mide en varias décadas y que, además, será pagada por créditos a pagar a muy largo plazo y financiada por tres instituciones como el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento.

La propuesta del equipo de Gobierno granadino supone un metro de dos líneas: la Norte-Sur, con origen en la localidad de Albolote y fin en el Campus de la Salud, recorrería un tramo normalmente saturado de tráfico como es el Camino de Ronda; la línea Central, de 4.200 metros de longitud, transcurriría por el centro urbano de Granada.

Tráfico

Según explicó el alcalde, la propuesta original de los técnicos ya consideraba más adecuado un trazado subterráneo porque una vía de metro requiere un mínimo de 6 u 8 metros y obligaría a dejar un lugar tan transitado como el camino de Ronda (actualmente con dos carriles en cada dirección) con un carril para cada sentido, algo que causaría un problema serio al tráfico de la zona. Torres Hurtado dijo que no cabe otra alternativa que el soterramiento del metro a su paso por esta zona.

El Ayuntamiento explica también que un metro ligero supondría muchos más problemas en la línea central porque en algunas calles del centro histórico, como en la calle Reyes Católicos, de 15 metros de anchura, resultaría imposible que el tráfico de vehículos y el metro compartieran una misma vía.

En cuanto a uno de los argumentos más pronunciados en la ciudad por quienes se oponen al soterramiento del tren, el hecho de que existan restos arqueológicos que retrasen o impidan la correcta ejecución de las obras, el informe también tiene sus soluciones. Según los técnicos, una profundidad de 9 o 10 metros en la mayor parte del recorrido, que en ocasiones pudiera llegar hasta los 15 metros, sería suficiente para salvar cualquier eventualidad como restos, problemas de filtrado de aguas, o cualquier tipo de infraestructuras de la ciudad como tuberías o cables.

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