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Comienza el juicio de los menores que asesinaron a Sandra Palo

La joven apareció violada y quemada en Leganés el pasado 17 de mayo

El País

La fiscalía de Madrid solicita un total de 21 años de internamiento en un reformatorio para los tres menores acusados de matar a Sandra Palo, una vecina de Getafe de 22 años que fue violada y asesinada el 17 de mayo junto a una nave industrial de una empresa de rótulos luminosos en Leganés. El juicio comienza hoy en el Juzgado de Menores número 4 de Madrid, situado en la calle de Julián Camarillo. El fiscal pide que comparezcan al juicio, cuyas sesiones se celebrarán a puerta cerrada a petición de la fiscalía, seis policías y tres testigos protegidos.

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Para cada uno de los dos principales acusados, de 16 y 17 años de edad, el fiscal reclama ocho años de internamiento en régimen cerrado y, una vez que salgan, otros cinco años de vigilancia; y para el tercer acusado, de 14 años de edad, cuatro años de internamiento y otros tres de libertad vigilada. Las penas que pide el fiscal son las máximas posibles en función de la edad de los acusados y de acuerdo con la Ley de Responsabilidad Penal del Menor.

El escrito de acusación del fiscal relata unos hechos estremecedores. Indica el fiscal que sobre las 2.45 del 17 de mayo de 2003, los citados tres menores (así como otro joven mayor de edad que será enjuiciado por separado, Francisco Javier Astorga Luque, El Malaguita) iban en un coche Citroën ZX verde oscuro por las inmediaciones de la plaza Elíptica. En una parada de autobús, los acusados vieron a Sandra y a otro joven que la acompañaba. Detuvieron el vehículo e invitaron a subir a él a Sandra y a su acompañante para llevarles a sus domicilios. Sandra y su acompañante accedieron.

Durante el trayecto, el joven mayor de edad, El Malaguita, trató de abusar de Sandra, pero el acompañante de ésta, su ex novio, lo evitó. El acompañante de Sandra se bajó primero del vehículo al llegar a su domicilio. Sandra también quiso bajarse en ese momento, pero los acusados se lo impidieron tras exhibirle una navaja y retenerla dentro por la fuerza. Ya tenían planeado abusar de ella.

Según el fiscal, los cuatro ocupantes del coche, tres de ellos menores de edad, "de común acuerdo y con ánimo libidinoso", llevaron a la chica por la carretera de Toledo hasta un descampado y estacionaron cerca de una nave industrial del término de Leganés. Desnudaron a la chica y la violaron uno tras otro. Mientras uno la violaba, los otros tres la sujetaban para que no se moviese.

Al terminar de violarla, los cuatro se subieron en el coche para pensar lo que hacían con ella. En ese momento, Sandra trató de huir. Pero los acusados arrancaron el coche, la persiguieron y la atropellaron. Como la chica seguía con vida, uno de los acusados se bajó del coche y la sujetó para que no se moviese y poder atropellarla varias veces más, como así ocurrió. Le pasaron el vehículo por encima de su cuerpo más de tres veces. E incluso la pusieron de pie, junto a la pared de la citada nave, y la embistieron con el coche.

La chica quedó tendida en el suelo, pero seguía con vida. Fue entonces cuando los menores y el mayor acusado, El Malaguita, decidieron ir a por gasolina para quemar el cuerpo, ya que Sandra seguía moviéndose y no querían que fuese hallada con vida.

Gasolina para quemarla

Compraron un euro de gasolina, volvieron al lugar en el que estaba gravemente herida Sandra, rociaron su cuerpo con la gasolina y la quemaron. Instantes después, la chica falleció.

Los acusados se marcharon del lugar. Pararon el coche en la Cañada Real de las Merinas, lugar en el que le prendieron fuego antes de precipitarlo por un barranco. Según el fiscal, los hechos relatados constituyen un delito de detención ilegal, cuatro de agresión sexual y otro de asesinato.

Sandra Palo sufría una deficiencia psíquica. El día en que halló la muerte a manos supuestamente de estos menores, había salido a tomar unas copas con sus compañeros del taller ocupacional donde estudiaba. Vivía en el barrio getafense de Las Margaritas. Ese día había tomado la primera comunión su hermano pequeño y por eso quería volver pronto a casa.

Antes de subirse al vehículo de los acusados, porque quería estar pronto en casa y el autobús no llegaba, avisó a través de su teléfono móvil a sus padres de que estaba en la plaza Elíptica y que estaba esperando el autobús nocturno que la debía llevar a su casa.

Según fuentes policiales, los cuatro acusados son expertos aluniceros (robo consistente en empotrar un coche contra el escaparate de una tienda). Las pesquisas policiales indican que fue supuestamente El Malaguita el que conducía el coche y quien decidió que había que matarla para que no les delatase.

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