_
_
_
_
Reportaje:GESTIÓN Y FORMACIÓN

Una clasificación para cada escuela

La proliferación de 'rankings' sobre programas MBA crea confusión entre los aspirantes y da más trabajo a los centros

Amaya Iríbar

La avalancha de clasificaciones de los mejores MBA se ha convertido en un arma de marketing de las escuelas de negocios. Estos centros han aprendido a sacar partido de estas listas cuando les dejan bien y a ignorarlas o criticarlas de forma soterrada cuando el retrato es menos favorable. Lo que no está claro es que los lectores sepan sacar todo el jugo a la información recogida en ellas para elegir con acierto la escuela que buscan. Todas usan una metologías distintas.

El estudio más fácil de interpretar es el de la revista 'Forbes', que sólo tiene en cuenta el salario, antes y después del programa
Cada lista sigue su metodología, que mezcla la opinión del alumno y de las entidades y, a veces, de las empresas que los contratan

En las últimas semanas se han publicado cuatro rankings diferentes que clasifican a las escuelas de negocios en función de su Master en Administración de Empresas (MBA). El último ha sido el de The Economist Intelligence Unit, que se conoció el viernes. Antes lo hicieron la revista Forbes, The Wall Street Journal y Financial Times, si bien éste recuperó los datos de los centros europeos de un estudio anterior. Aún quedan al menos otros seis por salir antes de que acabe el año, según los cálculos de una escuela española.

Esta proliferación de clasificaciones distintas, varias por publicación, sobre el mismo tema refleja el filón publicitario en que se han convertido los rankings. Pero también la confusión que éstos crean en sus lectores, que observan sorprendidos cómo bailan las escuelas de una edición a otra. Un ejemplo real: la española IESE ocupó la 18ª posición -4ª europea- en el ranking de Finacial Times publicado en enero (había sido la 25ª en la edición anterior); era la octava en la lista de Business Week para centros de Europa y Canadá dado a conocer hace un año, y ni siquiera aparecía entre las 50 primeras en The Wall Street Journal.

La explicación es simple. Cada una de estas investigaciones emplea una metodología propia, que suele mezclar la opinión de los alumnos con datos proporcionados por las escuelas y, en ocasiones, respuestas de responsables de contratación de las empresas. El problema es que, aunque suelen incluir una explicación detallada de cómo se han elaborado (ver cuadro), la clasificación final suele cegar todo lo demás.

"No creo en los rankings porque suelen despistar a la gente", asegura desde Londres Nunzio Quacquarelli, editor de The MBA Career Guide, una guía especializada. Para este ex alumno del MBA de Wharton, las listas son sólo una fuente de información más para las personas que no saben dónde estudiar.

La primera lectura que hay que hacer es que todos los rankings son voluntarios. A las escuelas que no quieren participar les basta con no dar los datos requeridos para quedar fuera. Entre las grandes, sobre todo las que tienen vocación internacional, son pocas las que optan por mantenerse al margen. Es el caso de la española Escuela de Organización Industrial (EOI). "Los rankings están muy centrados en los MBA y encajan mal con escuelas más diversificadas como la nuestra", afirma su director de Formación, Alfredo Fernández.

La segunda cuestión a tener en cuenta es que se trata de investigaciones sesgadas. En ocasiones se comparan programas muy distintos, asegura Juan Antonio Galán, del IESE: por ejemplo, programas MBA de un año de duración y de dos; internacionales o para ejecutivos que quieren seguir ejerciendo (executive). Además, tanto las escuelas como sus graduados están interesados en que el centro quede lo mejor posible, por lo que pueden exagerar sus respuestas. Sólo Financial Times, que cada año se esfuerza por mejorar su estudio, ha decidido este año auditar las respuestas de los centros que participan en su estudio, confirman distintas fuentes.

Enfocados a EE UU

Otra cosa que debe tener en cuenta cualquier persona que se inspire en una de estas publicaciones es que todas suelen tener un enfoque estadounidense. Según el análisis de The MBA Career Guide, menos del 10% de los encuestados para la clasificación de Business Week es europeo. Para el responsable de la EOI, "las escuelas europeas deberían propiciar una clasificación con criterios europeos".

La clasificación más fácil de interpretar es la de Forbes, que se basa únicamente en el salario de los alumnos, antes, durante y después del MBA. Y la más controvertida, según distintos consultados, la de The Wall Street Journal, quien da la voz a los reclutadores. Business Week y Financial Times, los más veteranos, utilizan una batería de indicadores que van desde el salario de los alumnos -con un gran peso- a las publicaciones de los profesores, por poner sólo dos ejemplos.

Las listas tienen otras consecuencias en las escuelas. "Algunas se mueven sólo en función de los rankings", se queja un responsable. Para el director general de Esade, Carlos Losada, "el aspecto positivo es que permiten obtener información comparada de los centros". En el lado negativo, la tendencia a simplificar: "la gran injusticia es que según estos rankings sólo hay tres escuelas en España".

Proporcionar datos a las distintas clasificaciones supone una sobrecarga de trabajo que suelen asumir los departamentos de comunicación. Los de las grandes escuelas españolas se han tomado en serio el desafío: "No participar iría en contra de nuestros clientes", concluye Santiago Íñiguez, director de Relaciones Externas del Instituto de Empresa. Para todos ellos se trata de una nueva regla del juego que hay que respetar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_