Echegaray fusiona en un disco flamenco, 'funky' y 'hip-hop'
Seis jóvenes percursionistas de flamenco -José Vargas, Joselín; José Manuel Ruiz, El Bandolero; José Antonio Carmona, Habichuela; Ramón Suárez, Turko; Israel Suárez, El Piraña, y Vicente Suero, El Morito- decidieron hace siete años crear su propio grupo, Echegaray. Pero sus actuaciones para otros, como Joaquín Cortés, Niña Pastori, Ketama o Pepe Habichuela, atrasaron la grabación de su propio disco. Y por fin desde el pasado 30 de septiembre está en la calle su álbum Calle Echegaray. "Esta calle de Madrid es para el flamenco lo mismo que la calle Betis en Sevilla", comparan los componentes del grupo. En esta vía, llamada antes calle del Lobo, se concentran varios locales de flamenco y en uno de ellos Echegaray presentó a la prensa
el disco que mezcla flamenco, jazz, hip-hop, funky y salsa.
Los músicos son miembros de familias flamencas afincadas en Madrid y ello ha facilitado que canten en Calle Echegaray Ketama, La Barbería, Pepe Habichuela, Tomatito, Niño Josele, Guadiana, José Miguel Carmona, Tino Di Geraldo, Luis Barbería y otros muchos. El álbum sale editado por Muxxic porque el sello independiente con el que lo iban a publicar hace un año quebró. Por ello el disco tiene unos tintes más comerciales de los que en principio pretendían. "A no ser que dés con Fernando Trueba y le gusten los sonidos o una compañía independiente es difícil que te editen un disco sólo de percusión. Es muy arriesgado", aseguran. "Es un álbum de sonidos nuevos y con un ritmo con el que queremos atraer a la juventud que no entiende el flamenco tradicional", aseguran. En la presentación no pudieron estar El Morito, que se encontraba en Hong Kong con Joaquín Cortés, y
El Piraña, en París con El Cigala.
Crítica a los bailaores
"Venimos de trabajar con unos bailaores que no nos pagan ná, ronean que pagan dinero y estamos trabajando con ellos, dicen que lo dan a Hacienda, mas luego se lo quedan ellos", ironizan en la letra del tema Los bailaores, un homenaje con guasa a Antonio Canales y Joaquín Cortés. "Somos los primeros flamencos chirigoteros, como en Cádiz se meten con la Junta de Andalucía", prosiguen. "A los bailaores les encanta, nos piden que la cantemos", cuentan.
Algunos habían hecho sus pinitos en el cante con Ketama pero fue Turko el que rompió el hielo y se atrevió a cantar Los bailaores. Con un lenguaje de la calle cargado de ironía y desenfado hablan del ritmo madrileño que la prensa sevillana no comprende. Versionan Prohibido olvidar, de Rubén Blades; se inspiran en el poema El rayo que no cesa, de Miguel Hernández; en Pa mi Miguel; y se sirven de ritmos africanos y de la batucada brasileña en Quiero que suene. Se vanaglorian de haber tocado ya para Tomatito en el Royal Albert Hall de Londres, junto a Lenny Kravitz y en un disco de Carlos Santana que no se llegó a editar, pero lo dejarían todo por el éxito de Echegaray.
Babelia
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