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Francia se escuda en la coyuntura de la UE para no cumplir el Pacto de Estabilidad

El ministro de Presupuestos dice que el déficit se ha elevado por la semana de las 35 horas

El ministro francés de Finanzas, Francis Mer, apelará a una cláusula del Pacto de Estabilidad que permite "circunstancias particulares" para convencer el lunes a sus homólogos de la zona euro y evitar así sanciones por no cumplir el objetivo de reducir el déficit público por debajo del 3% PIB en 2003 y 2004. El ministro del Presupuesto, Alain Lambert, afirmó que si no se hubiera adoptado la semana de 35 horas, Francia podría cumplir. Pedro Solbes, comisario de Asuntos Económicos, confirmó que Francia no ha respetado el Pacto de Estabilidad, justo cuando acaba el plazo concedido por la Comisión.

El 3 de junio, los ministros concedieron cuatro meses a París para acatar las estrictas normas de disciplina fiscal. El plazo expiró ayer y sólo se ha ofrecido una vaga promesa de que se volverán a cumplir las reglas en 2005, tras haberlo violado durante tres ejercicios consecutivos.

París sigue retando a Bruselas y al resto de sus socios de la UE al optar por mantener su presupuesto para 2004 sin modificarlo en una sola coma. La ley financiera francesa, presentada el pasado 25 de septiembre, mantiene el déficit para el año próximo en el 3,6% del PIB, lo que significa que Francia violará por tercer año consecutivo (3,1% en 2002 y 4% para 2003) el valor de referencia fijado en el Pacto de Estabilidad. Ante esta situación, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, aseguró ayer en Madrid durante un encuentro organizado por la Fundación Carlos de Amberes que Francia no ha cumplido con las recomendaciones de junio del Ecofin y que el Tratado de la UE le obliga a activar la próxima fase del procedimiento de déficit excesivo, que da un mes de plazo para informar del grado de cumplimiento y dos al Consejo para adoptar una resolución, que podría dar lugar a sanciones, informa Efe.

Próxima negociación

El portavoz de Solbes, desde Bruselas, rebajó el tono y dijo que no es el momento para "dramatizar". "La discusión de fondo llegará una vez que hayamos analizado bien los datos", añadió. La Comisión Europea discutirá la situación presupuestaria francesa el próximo miércoles. Pero la decisión de Bruselas recomendando la activación de la segunda fase en el procedimiento de déficit excesivo [el paso previo a la sanción podría adoptarla el colegio del comisarios en su reunión del 15 o del 21 de octubre a más tardar, con vistas a presentarla ante el Ecofin del 4 de noviembre].

Francis Mer se adelantará el lunes ante el Eurogrupo, donde intentará convencer a sus colegas de la zona euro de que Francia no ha podido cumplir las recomendaciones del Ecofin por culpa de una "degradación muy fuerte" que sufre la economía, que afecta a toda la UE y no sólo a Francia. Y para evitar recibir en noviembre una nueva reprimenda del Ecofin, Mer invocará la cláusula que hace referencia al incumplimiento del déficit por "circunstancias particulares".

Una fuente diplomática francesa advirtió que "obligar a Francia a hacer un esfuerzo mayor [para reducir el gasto en 2004] tendrá consecuencias negativas para la economía francesa y europea".

El ministro del Presupuesto, Alain Lambert, confirmó que su país hará "todo lo que pueda" para cumplir, "siempre que no suponga riesgo alguno de precipitar a Francia en la recesión". Este mismo responsable aprovechó el debate con Bruselas para culpar del déficit a la izquierda, afirmando que si no se hubiera adoptado la jornada laboral de 35 horas semanales, Francia estaría dentro del 3% de déficit marcado en el Pacto de Estabilidad.

Esa tesis se basa en que la jornada en vigor cuesta al Estado unos 13.000 millones por año, a causa de los descuentos de cargas sociales que se hacen a los empresarios como contraprestación por esa medida. La ofensiva encontró eco inmediato en la mayoría parlamentaria de derechas y en el ministro de Economía, Francis Mer, quien calificó la reducción de jornada de "medida mala y costosa" para el país.

Las 35 horas fue una de las principales reformas introducidas por el Gobierno de Lionel Jospin. Tras la derrota electoral de la izquierda en 2002, una de las primeras decisiones de la derecha consistió en autorizar bloques de horas extraordinarias, que permiten superar las 35 semanales, sin suprimirlas como jornada básica. Estudios realizados durante la etapa del Gobierno de izquierda estimaron en unos 350.000 empleos creados gracias a la reducción de la jornada laboral, pero el sector más liberal de la mayoría actual desea que se hagan nuevas evaluaciones y alega que ningún otro país ha seguido el criterio de Francia.

El presidente de la minoría socialista, Jean-Marc Ayrault, ha valorado el ataque contra las 35 horas como "un intento del primer ministro de quitarse sus inconsecuencias, volcándolas sobre la herencia de sus predecesores".

El comisario Pedro Solbes ayer, junto al periodista Miguel Ángel Aguilar.
El comisario Pedro Solbes ayer, junto al periodista Miguel Ángel Aguilar.EFE

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