_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Culpables

Me gustaría, algún día, leer, ver en la tele o escuchar en la radio que los dirigentes del Partido Popular se equivocan en algo. Comprendo que la doctrina Aznar la llevan clavada en la carne como un silicio y nunca se sentirán culpables. No lo hicieron antes y, ahora, entrando en periodo electoral menos. No sé si alguien del PP (me imagino que muchos) vio el martes pasado a la madre de Sonia Caravantes en el ponderado y profesional programa de Paco Lobatón en Canal Sur. Confieso que me enganchó, me hizo ponerme la carne de gallina, sentí la impotencia de no poder ayudarle y me admiré de una entereza increíble a pocos días de haber enterrado a su hija, asesinada por el asesino confeso Tony Alexander King.

No digo ya que el ministro del Interior, Ángel Acebes, se apee de su disco rayado y maltrate a la ciudadanía con versiones que ni él mismo cree, ni que tampoco Michavila recoja velas y pida disculpas al pueblo andaluz (que no lo hará), pero al menos tengan la generosidad para una familia, la de Sonia, y para una mujer, Dolores Vázquez, en reconocer los errores cometidos. Hasta ciudadanos ingleses pedían, públicamente perdón, por habernos enviado a este desecho humano.

No sé si algún policía se atreverá a denunciar la precariedad de medios que disponen, la difícil operatividad cuando deben trabajar con informaciones de Interpol, los celos entre cuerpos que abortan operaciones (sobre todo en el tráfico de drogas y armas) y que en la investigación de los asesinatos de Rocío y Sonia se pusieron, lamentablemente, de manifiesto. No lo hará, por miedo, pero los mandos de Interior conocen que, al menos en la Costa del Sol, es algo muy habitual.

Asesinatos que fueron carnaza permanente en algunos programas de televisión que sin pudor desnudaron, con enorme temeridad, vida y hacienda de las personas implicadas. Por eso y aunque nada tenga que ver, cuando en esta misma semana, el director general de la RTVA, Rafael Camacho pedía públicamente perdón por los programas de "corazón" de la RTVA, en un acto casi sin precedente en los tiempos que corren, es para no perder la esperanza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_