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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Vacaciones en Mazagón

Recientemente he regresado de mis vacaciones estivales en Mazagón (Huelva), tal y como vengo realizando en los últimos 18 años. Se trata de una población bastante tranquila, óptima para relajarse y dotada de excelentes playas. Pero posee al mismo tiempo ciertas singularidades.

Esta población, que dispone de un censo modesto, pero no menor a muchos municipios andaluces, y que se multiplica por decenas en verano, no dispone de Ayuntamiento propio.

Para perplejidad del forastero les diré que es como una tarta dividida en dos porciones: la franja costera depende orgánicamente del Ayuntamiento de Palos de la Frontera, y la zona más al interior de esta, del Ayuntamiento de Moguer.

Sus habitantes, según he podido saber, son personas que asombrosamente pagan el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), así como las correspondientes tasas de basuras y residuos de otra índole.

Mi asombro surge de la lamentable situación en la que se encuentran diversas urbanizaciones de la citada población, así como del deficiente y, porqué no decirlo, asqueroso y descuidado, servicio de recogida de basuras.

Existen urbanizaciones en las que no existen aceras o éstas están destrozadas, el alumbrado público es muy deficiente o inexistente y las calzadas se encuentran tan deterioradas que prácticamente sólo se puede transitar por ellas en vehículos todo terreno.

Es el caso de la Urbanización El Picacho, que tiene más de 20 años de existencia, pero que recuerda las deterioradas callejuelas de los países más desfavorecidos. Por el tamaño de las fincas que conforman dicha urbanización se deduce que sus propietarios soportan altas tasas impositivas, pero que reciben cero euros de lo que aportan.

Desconozco si la alcaldía de Moguer, de la que depende, de la que depende esta zona de Mazagón, conoce siquiera su existencia o, cuando menos, su estado de conservación. Si no fuese asís, le invito a la Sr. o Sra. Alcalde/sa que se acerque a conocerla de cerca unos minutos, si es posible después de caer el sol y que tome nota. Tan sólo me queda manifestar que me avergüenza hablar mal de Mazagón cuando me preguntan por esa privilegiada zona de la costa andaluza.

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