Un estudio revela que el ejercicio leve ayuda a luchar contra el cáncer

Un 70% de los pacientes diagnosticados con cáncer sufre una fatiga que disminuye su calidad de vida. Muchos no pueden caminar más de unos metros. Contra la fatiga, y aunque parezca una paradoja, lo mejor no es reposo, sino ejercicio. Así concluye un estudio del fisiólogo español Alejandro Lucía publicado en el último número de la revista The Lancet Oncology. Lucía recomienda ejercicios como caminar, nadar o montar en bicicleta estática durante periodos muy cortos de tiempo.

En los años sesenta los médicos mandaban reposo a los pacientes con problemas cardiovasculares; ahora, recomiendan ejercicio. Alejandro Lucía, profesor de la Universidad Europea de Madrid, espera que ocurra lo mismo con el cáncer y se extienda la recomendación de hacer deporte. Lucía ha repasado la literatura científica sobre los beneficios del ejercicio en el tratamiento contra el cáncer y su revisión es portada del último número de la revista The Lancet Oncology.

"Lo que hemos hecho es muy simple, pero al juntar las pruebas queda un trabajo innovador que lleva a plantearse muchas cosas. Si alguien tiene un cáncer grave, el ejercicio no le va a curar, pero mejorará su calidad de vida", detalla Lucía. Y añade: "La oncología se ha centrado en alargar la vida. Ahora debe empezar a pensar en la calidad de vida del paciente. Para eso sirve el ejercicio".

Hay muchas causas por las que los pacientes con cáncer se pueden sentir fatigados: falta de riego en los músculos por anemia, la medicación con inmunosupresores y glucocorticoides, metástasis en los pulmones y hasta la depresión que a veces acompaña la enfermedad. Como consecuencia, según el estudio, a veces los médicos recomiendan reposo y los pacientes entran en un círculo vicioso. "El reposo prolongado lleva a una atrofia muscular, lo que aumenta la fatiga y la imposibilidad para llevar en muchos casos una vida normal y disfrutar de las actividades al aire libre".

La quincena de estudios repasados por Lucía concluyen "unánimemente" que el ejercicio mejora la velocidad y la distancia que los pacientes son capaces de recorrer a pie. Además, destacan que hay un descenso en el ritmo cardiaco, entre otros factores. En ninguno de los estudios se observó que el ejercicio tuviera efectos adversos.

Muchos periodos cortos

Evidentemente, los pacientes no practicaban ejercicio intenso, sino moderado y variable según su estado de salud. "La evidencia sugiere que muchos pacientes alcanzan su máximo esfuerzo sólo con actividades como caminar". El estudio establece una serie de recomendaciones generales sobre el ejercicio a realizar. Se trata de empezar a hacer ejercicio en periodos muy cortos de tiempo, de entre tres y cinco minutos. Y de ahí, subir progresivamente. El ejercicio recomendable es caminar, nadar o montar en bicicleta (puede ser estática). También establece excepciones en pacientes con anemia grave, riesgo de fractura ósea o muy pocas defensas.

Uno de los estudios repasados demostró que pacientes que no podían andar más de tres minutos antes de empezar a realizar ejercicio podían caminar durante media hora a las seis semanas. "El cuerpo es muy agradecido y es lo mismo hacer diez veces series de tres minutos que ejercicio durante media hora", señala Lucía.

El presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica, Antonio Antón, coincide y explica que lo mejor es intentar que el paciente tenga una vida activa: "Hay que desencamarlos lo antes posible para evitar la atrofia muscular".

Lucía lamenta que en los hospitales españoles no se potencia el ejercicio físico contra el cáncer: "La fisiología del deporte no ha cuajado entre los médicos y, cuando recomiendan ejercicio, lo hacen de forma genérica y sin especificar". Lucía prepara, junto al oncólogo Luis Madero, un ensayo clínico en el hospital Niño Jesús de Madrid. El objetivo es montar un gimnasio en el hospital para los niños con cáncer.