Alitalia se suma a la alianza

Alitalia se sumó ayer a la alianza de Air France y KLM, pero dejó en suspenso la integración financiera hasta que el Gobierno italiano privatice la compañía, el 62% de cuyo capital es público. Los convenios firmados en Amsterdam y París culminaron la relación entre las aerolíneas de bandera de Francia e Italia, iniciada en 2001, y enderezaron la complicada relación de Alitalia con KLM: ambas sociedades estuvieron a punto de unirse en 2001 y cancelaron la "boda" en el último momento. La ruptura obligó a KLM a pagar una compensación de 171,5 millones de euros, impuesta por los tribunales. Los primeros ministros de Francia e Italia, Jean-Pierre Raffarin y Silvio Berlusconi, despejaron el pasado día 16 los obstáculos políticos en el camino hacia la alianza trilateral.

Quedó pendiente, sin embargo, la eternamente prometida privatización de Alitalia, condición indispensable para la consumación del pacto. El Gobierno de Roma expresó su intención de vender un paquete sustancial de acciones, probablemente a través de una emisión de bonos convertibles, en el primer semestre de 2004, dejando en manos del Tesoro una participación minoritaria.

Alitalia necesitaba con urgencia salir del aislamiento y mejorar su productividad. Una vez resuelta su pertenencia al grupo mundial SkyTeam y su asociación con Air France y KLM, quedó pendiente el problema de los resultados. En 2002 consiguió unos beneficios de 93 millones de euros, pero sólo gracias al ingreso atípico de la indemnización de 171,5 millones pagada por las aerolíneas holandesas. En el primer semestre de este año acumuló unas pérdidas de 315 millones de euros.

La aportación estratégica de Alitalia al grupo en formación debería consistir, básicamente, en su tupida red de vuelos con Europa del sur y del este (especialmente los Balcanes), con el norte de África y con Oriente Próximo, a partir de los aeropuertos de Malpensa (Milán) y Fiumicino (Roma), además de sus 30 millones de pasajeros anuales.