Más de cuatro millones de españoles padecen rinitis alérgica

Más de cuatro millones de españoles padece rinitis alérgica, un proceso que a menudo es la antesala del asma bronquial, según La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Estos datos surgen de las estimaciones que apuntan que un 10% a 15% de los ciudadanos de los países occidentales sufre este molesto proceso que afecta a las vías respiratorias altas y cuyo origen es alérgico.

En el documento de consenso La rinitis y su impacto sobre el asma (conocido como estudio ARIA, según sus siglas en inglés), en el que han participado 55 sociedades científicas de todo el mundo, incluida la SEAIC, queda establecido que la rinoconjuntivitis alérgica (con frecuencia aparece en su doble manifestación) es, especialmente en los niños, un precursor del asma bronquial.

El 38% de los pacientes que sufren rinitis también padece asma bronquial

En este trabajo se observa que el 38% de los pacientes que sufren rinitis también tienen asma bronquial y hasta el 95% de los afectados por asma presenta rinitis. "Ambos procesos son expresiones de una misma enfermedad de base, que es la respuesta alérgica. La mejor forma de evitar que una rinitis devenga en asma bronquial es la vacunación antialérgica o inmunoterapia, que en la mayoría de los casos alcanza unos excelentes resultados", afirma Antonio Peláez, presidente de la SEAIC.

La rinitis alérgica, que suele estar producida por pólenes de distintos orígenes, no es una patología grave, pero sí deteriora notablemente la calidad de vida, según los propios afectados.

En el estudio ARIA se constata que los niños con rinitis pueden sufrir problemas de aprendizaje durante el periodo escolar, ya sea por las molestias de la propia enfermedad, que interfieren en la capacidad de atención, o por la somnolencia y sedación que producen ciertos tratamientos antihistamínicos.

Lo mismo sucede en los adultos en plena actividad laboral. Un hecho evidente es que en las épocas de polinización, en que se exacerban los síntomas de la rinitis (estornudos frecuentes, congestión nasal, rinorrea o constante secreción nasal) aumenta el absentismo y disminuye la productividad.

Ignacio Antepara, jefe del servicio de Alergología e Inmunología Clínica del hospital público de Basurto (Bilbao), advierte que es habitual que muchos de los síntomas de la rinitis alérgica se confundan con otros procesos respiratorios menores y no se detecte la enfermedad alérgica de base. "Por ello calculamos que más de la mitad de los pacientes riníticos está sin diagnosticar de su proceso alérgico", afirma Antepara.

Los alergenos que más frecuentemente causan rinitis son los pólenes, el polvo doméstico y los epitelios de animales. Este cuadro no debe ser confundido, según los especialistas, con las rinitis no alérgicas, que están más relacionadas con los cambios de temperatura, la menstruación o el estrés.

Como dato curioso, el estudio ARIA pone de manifiesto que las condiciones socioeconómicas favorables y el estilo de vida occidental favorecen la presentación de procesos alérgicos. "Vemos", apunta Peláez, "que los hijos de padres con mayor poder adquisitivo y mejor nivel de educación tienen más riesgo de ser alérgicos. Y esto lo siguen demostrando estudios que empezaron a realizarse a finales de los años cincuenta".

"La experiencia clínica y todos los estudios demuestran que en este claro incremento de las enfermedades alérgicas pesan más los factores medioambientales que los genéticos", señala el presidente de la SEAIC.

Todos estos datos, según Peláez, se basan en la llamada teoría de la higiene, que postula que mientras "en las sociedades industrializadas el organismo de los alérgicos reacciona ante sustancias que en sí mismas son inocuas, en los países subdesarrollados el organismo está más ocupado en combatir las numerosas enfermedades infecciosas".