Un cambio sobre aguas turbulentas
Abel Matutes apuesta por Balearia para competir contra sus propios intereses en Trasmediterránea
Tras el rechazo por parte de la Sepi de las intenciones de Abel Matutes de abandonar el accionariado de Trasmediterránea, un año después de su privatización, se plantea una situación complicada al haberse convertido el empresario ibicenco en el principal accionista de Balearia, su principal competidora en las rutas tanto con las islas como con el norte de África.
El 'ferry' del Grupo Matutes, 'Illa de Botafoch', pasará de la órbita de Trasmediterránea a la de Balearia de un día para otro
Matutes deberá permanecer en el consejo de Trasmediterránea hasta 2008 si no aparecen circunstancias "sobrevenidas y excepcionales"
Hay personajes del mundo político y económico, o de los dos a la vez, como es el caso, con una habilidad especial para levantar polémica en sus actuaciones. El Gobierno y sobre todo algunos de sus miembros como Rodrigo Rato, Cristóbal Montoro y el propio presidente Aznar, tuvieron que soportar un importante aluvión de críticas con motivo de la adjudicación de la compañía Trasmediterránea a un consorcio en el que participaba un ex miembro del mismo, una de cuyas empresas ya había adquirido anteriormente uno de los barcos de la compañía de transporte marítimo.
En julio de 2003, apenas transcurrido un año de la privatización, Abel Matutes decidió irse con sus barcos a la competencia, a una empresa más joven y dinámica -Balearia- que durante los últimos meses está plantándole cara tras haber roto el monopolio del que disfrutaba la compañía fundada en 1916. La batalla entre ambas compañías se ha trasladado hasta el Estrecho de Gibraltar en una de las líneas más concurridas como es la de Algeciras-Tánger, y no se limita a los medios comerciales. A principios del pasado mes de agosto el Tribunal de Defensa de la Competencia sancionó a Trasmediterránea y otras dos sociedades que operan en el Estrecho con una multa de 600.000 euros por realizar prácticas en contra de la libre competencia -acuerdo de precios y reparto de pasajes- en la líneas que cubren el trayecto entre Ceuta y la Península.
La vista del recurso contencioso-administrativo interpuesto por Trasmediterránea en la Audiencia Nacional pondrá de nuevo sobre el tapete las circunstancias de este negocio al que parece que le cuesta admitir una competencia abierta. En esa ocasión la denuncia había sido planteada por el Rotary Club de Ceuta, pero Balearia, que no tiene rutas con las ciudades españolas del norte de África, preparaba una semejante para el trayecto con Tánger que finalmente no ha materializado al ser el propio Servicio de Defensa de la Competencia el que ha tomado cartas en el asunto.
Balearia tiene "vocación de líder" en trayectos como Ibiza-Barcelona o Ibiza-Palma y está dispuesta a pelear en la ruta con Tánger donde inaugura a partir del próximo 21 de noviembre una nueva línea con salida desde Tarifa, con un buque rápido que realiza el trayecto en media hora lo que les permite transportar un elevado número de pasajeros al día. Asimismo, el 1 de diciembre incorporan también la alta velocidad con uno de sus barcos en la ruta Barcelona-Palma, algo reservado tradicionalmente a Trasmediterránea con el paréntesis del intento de Buquebús, que no consiguió mantenerse a flote.
Pero lo cortés no quita lo valiente, y en Balearia parece que están dispuestos también a llegar a acuerdos con Trasmediterránea para, entre otras cosas, equilibrar rentabilidades entre distintas rutas. Hay que tener en cuenta que en determinados trayectos como el de Ibiza-Formentera, con una facturación anual de tres millones de euros, resulta difícil mantener inversiones y servicios con niveles adecuados y registrar unos buenos resultados al mismo tiempo.
A la espera del visto bueno del Servicio de Defensa de la Competencia perteneciente al Ministerio de Economía, que no debería poner objeciones según fuentes de Balearia, ya que supondría en teoría un aumento de la competencia en los trayectos marítimos del Mediterráneo, la fusión por adquisición de las sociedades del Grupo Matutes debería estar cerrada durante el próximo mes de octubre. Al final de la misma, sin desembolso de capitales, la familia Matutes controlará el 42,5% de Balearia, que seguirá con el equipo directivo actual.
Consejos de administración
Pero desde ese momento y hasta 2008 si se mantienen las cosas como están, en el Consejo de Administración de Trasmediterránea se pueden sentar dos miembros del grupo Matutes representantes de las sociedades filiales Agrupación Hotelera Dóliga y Suministros Ibiza, y participar también en los consejos de Balearia, con casi la mitad de los consejeros que le corresponden por el 42,5% de las acciones.
¿Por dónde se va a romper esta situación, a todas luces anómala? Parece que los respaldos políticos de Abel Matutes han perdido fuerza en el contexto actual con unas elecciones generales a la vista y una renovación presidencial en ciernes, y, a diferencia de hace un año, el órdago lanzado por éste a la Sepi ha sido contestado de momento por su presidente, Ignacio Ruiz-Jarabo.
Un barco muy ágil
El próximo martes el Illa de Botafoch realizará su última travesía entre Ibiza y Barcelona, con billetes comercializados por Trasmediterránea. Ese mismo día en Ibiza se hará la presentación del buque, con presencia de Abel Matutes, como uno de los activos más importantes de la nueva Balearia que surja tras la absorción de las empresas navieras del ex ministro de Asuntos Exteriores. Al día siguiente realizará la misma ruta bajo bandera de Balearia y compitiendo directamente con Trasmediterránea.
La situación es un claro exponente de las atípicas circunstancias que rodean la privatización de esta última el verano de 2002 y el intento por parte de Abel Matutes de abandonar su accionariado. Tendrán que ponerse de acuerdo para encontrar entre todos circunstancias "sobrevenidas y excepcionales" que posibiliten la autorización de venta por parte de la Sepi antes de 2008.
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