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Reportaje:

El cartero pasa de largo

Correos no entrega las cartas a 25 vecinos de unifamiliares de Massarrojos porque no tienen buzón colectivo

Sara Velert

La calle está asfaltada, hay farolas, les recogen la basura, y tienen buzón para recibir correspondencia. Pero el cartero pasa de largo. La aplicación de un norma de 1999 sobre la regulación del servicio postal enfrenta desde finales de julio a Correos con los 25 vecinos que ya se han trasladado a una promoción de viviendas unifamiliares de la pedanía valenciana de Massarrojos. Correos defiende que la normativa le permite exigir que pongan un buzón colectivo, unirlos todos en un punto concreto de la calle. Varios de los vecinos, en cambio, insisten en que se está forzando la norma y que tienen derecho a usar sus buzones individuales "como en el resto del pueblo". El conflicto no se resuelve, y mientras, las cartas de los afectados no salen de la oficina de Correos en Moncada, a un paseo de media hora de sus casas. El que quiere su correspondencia, tiene que ir a buscarla, porque el cartero sólo llega hasta la esquina de la calle de Hort del Fariner, donde se alinean en dos filas paralelas las viviendas unifamiliares.

La promotora dijo que no habría ningún problema, afirma una vecina afectada

Valentín Fernández, que ha denunciado la situación a la Fiscalía y al Síndic de Greuges, explica que las normas de servicio postal obligan a las urbanizaciones o núcleos alejados a disponer de un buzón colectivo para facilitar el trabajo de los carteros. "Pero nosotros vivimos en zona urbana, a 50 metros de la iglesia y a 100 de la parada del metro", explica Fernández. Rebatido ese argumento, Correos defiende que aplica la norma de propiedad horizontal, a lo que este vecino replica que no se ocupan pisos estructurados en un edificio, donde todos los buzones se colocan en el portal, sino "casas individuales".

Cuando Fernández acudió en agosto a la oficina de Moncada sorprendido porque no le llegaban cartas a su nuevo domicilio -a pesar de haber pagado 40 euros para el reenvío de posible correspondencia de su antigua dirección-, le dijeron "que el jefe estaba de vacaciones" y que tenían "orden" de no repartir nada en las nuevas casas. Poco a poco se fueron enterando otros afectados. "Al ser casas nuevas primero dimos un margen, pero luego nos enteramos por un vecino de que no iban a traer el correo. En la oficina en Moncada no nos han dado ninguna explicación, dijeron que el responsable estaba reunido", cuenta Visitación Juste, que se ha mudado a Massarrojos junto a su marido y sus dos hijos. "Lo menos que podían hacer es echar una nota y avisar, porque hay unos vecinos que por culpa de este asunto han perdido una subvención al no llegar una carta", añade esta mujer. Lo mismo opina la presidenta de la comunidad de propietarios, María Jesús Ramón, quien destaca que "si hay un problema, al menos deben notificarlo". A ella tampoco le dieron explicaciones cuando preguntó por primera vez qué pasaba en la oficina de Moncada, pero luego le dijeron que habían avisado a la constructora. "La promotora dice que les comentaron el tema con las casas casi acabadas y luego aseguraron que no habría problema", dice esta vecina, que añade que en Massarojos se han construido muchas viviendas en los últimos años "pero Correos no ha aumentado el servicio y el cartero da de sí lo que puede".

"Correos ya no quiere servir a casas pareadas, en una promoción de Godella tenemos el mismo problema", afirma Vicente Villalobos, de la constructora de las viviendas afectadas en Massarrojos. "Lo curioso es que a la caseta de la obra, que está enfrente de las unifamiliares, el cartero sí le lleva las cartas", dice Villalobos.

Correos, por su parte, afirma que ha informado de la normativa al alcalde pedáneo de Massarrojos, Rafael Montagud, con quien también han hablado varios vecinos, y sostiene que "no puede dar servicio de reparto" a las casas unifamiliares porque no cumplen los decretos. "Toda edificación o conjunto de inmuebles, ya sean edificios de varias plantas, unifamiliares o edificios de construcción horizontal, siempre que estén sujetos a la Ley de Propiedad Horizontal, deberán facilitar la prestación del servicio" con buzones colectivos. Y se puede aplicar la ley de propiedad horizontal al caso de Massarrojos, insiste Correos, porque los vecinos "han formado una comunidad de propietarios", como en un edificio. Finalmente, añade que no tiene obligación de conocer la ocupación de nuevas viviendas. Sin embargo, Correos firmó por 40 euros un contrato de reenvío de correspondencia a la dirección de Massarrojos con Fernández y sí conoce que hay nuevas viviendas, ya que decidió desde el principio no entregar las cartas en los buzones.

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El concejal del PSPV de Valencia Juan Ferrer ha pedido al concejal de Pedanías, Vicente Aleixandre, que se movilice a favor de las familias afectadas. Los vecinos, mientras, mantendrán una reunión la semana que viene para analizar la situación. De momento, el pasado 22 de septiembre, siete vecinos estamparon su firma bajo una denuncia dirigida al juzgado de guardia en la que exponen que se están vulnerando sus derechos y que "a pesar de todas las reclamaciones no hay un escrito motivado" de Correos para que puedan "formalizar el recurso procedente". Pero cualquier respuesta a ésta u otras denuncias deberán recogerla en Moncada mientras no se cierre el conflicto. O no, porque Fernández se niega a llevarse las cartas e insiste en que tiene derecho a que se las metan en su buzón. En la oficina están obligados a dejarle ver la correspondencia que le llega, pero si la "toca", la dan por entregada, y entre los sobres está la respuesta de la Fiscalía de Valencia. Son todo cartas, de momento, sin cartero.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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