Concepción Cabezón, modelo de Julio Romero de Torres

Concha Cabezón, fallecida en Riaza (Segovia) cuando contaba con 98 años de edad, fue una de las modelos que inspiraron al pintor Julio Romero de Torres (1874-1930), para quien posó en La chiquita piconera, una obra considerada el testamento pictórico del artista cordobés. Jovial y simpática hasta sus últimos días, esta burgalesa que se trasladó a Madrid cuando era niña, debido al destino militar de su padre, residía en el centro para personas mayores Rovira Tarazona, en la villa riazana, en cuyo cementerio recibieron sepultura sus restos mortales el viernes pasado.

Modelo también del escultor Victorio Macho, con quien mantuvo una relación sentimental, esta modelo de artistas se sentía muy cómoda en su retiro al pie de la sierra, donde era habitual verla con un clavel rojo sujeto al pelo. Apodada cariñosamente por sus compañeros como "la collares", por la cantidad de complementos de belleza que se colocaba a diario, Cabezón apostó siempre por las modelos "rellenitas", como aseguraba que era ella en su juventud, frente a las de ahora que, a su juicio, están muy delgadas.

A Romero de Torres, a quien consideraba como amable y educado, lo conoció en la capital madrileña, decía que delatado por sus andares de artista, y para él posó como lo hicieron otras mujeres morenas y de rasgos agitanados. Con él conoció a intelectuales como José Ortega y Gasset, Jacinto Benavente, los hermanos Manuel y Antonio Machado y los Álvarez Quintero y Ramón Pérez de Ayala, entre otros.-