Naturaleza verde y humana

Hace 40 años, en 1963, Mari Puri Herrero presentaba su primera exposición en la galería Illescas de Bilbao. Ella misma se sorprende con este dato -"para mí no ha pasado tanto tiempo"- que convierte en un aniversario la presentación ayer de su última muestra en la capital vizcaína. Sin otro título más que su propio nombre, la pintora presenta en la nueva sede de la galería Colon XVI (Henao, 10) hasta el 4 de noviembre 16 lienzos, la mayoría de ellos de gran formato, en los que ha trabajado los tres últimos años.

Estas obras recientes reúnen las impresiones de Herrero ante "las realidades tan dispares que estamos viviendo", explica. De alguna forma, también reflejan la propia vivencia de la autora, que ha trasladado su residencia habitual a Madrid, aunque sigue conservando su casa en un pueblo alavés.

Ambos mundos, el rural y el urbano se funden en los cuadros de Herrero. "Amo muchísimo la naturaleza, y eso se refleja en mi obra, pero al tiempo una convive con las imágenes de los informativos, de los periódicos, tan terribles", comenta. Es lo que ella llama "las imágenes de la vida". Así, sus cuadros presentan árboles repletos de hojas y personas sin rostro, con una tristeza indefinida, como perdidos. No falta un lienzo con un collage de periódico que representa la lectura del diario en la terraza de un bar. Las noticias alcanzan aquí el protagonismo absoluto, aunque ocupen sólo la parte inferior del cuadro.

Herrero trabaja en varias obras a la vez. "Cuando empiezo un cuadro, siento que en el fondo del lienzo en blanco está el propio cuadro y que he de sacarlo. Hay algunos con los que he estado tres años, aunque no de manera continua. Cuando estoy mucho tiempo con un lienzo, me bloqueo, lo pongo de espaldas y comienzo con otro, hasta que la mente se despeja", confiesa. "También me sucede a veces que un mismo tema te lleva por caminos diferentes, que desarrollo en cuadros distintos".

Para la pintora, su larga trayectoria no le ha hecho variar "demasiado" en su estilo. "Tengo la impresión de que todo forma parte de un movimiento circular, que vamos y venimos de las mismas cosas, voy y vengo", indica. "En la vida hay tres o cuatro cosas que te interesan y estás siempre en torno a ellas, renuevas el lenguaje, pero sigues siendo la misma".

En el catálogo de la exposición, Javier Viar, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, afirma que a lo largo de los años, Herrero "se ha dedicado a descubrir lo que esconde el mundo evidente, descarnándose, ganando en melancolía y levedad". La pintora reconoce que ha ido depurando su pintura, desprendiéndose de lo superfluo para caminar hacia lo esencial. "Si trabajas de forma más sencilla, se ve más claro lo que quieres expresar. Si metes demasiadas cosas, atormentas al cuadro. Reducir la paleta, me ha llevado a tener más color en el cuadro", dice.

Todas las mañanas, Mari Puri Herrero pasea para ver árboles, en Bilbao como en Madrid o en París. Para ella, lo mismo que te gusta en tu ciudad es lo que después te gusta en las ciudades que visitas. A ella, la naturaleza: "No sabría vivir sin árboles".