Vuelta a la 'jaula'

Reincorporarse al trabajo ha significado para Carles Benet volver a una jaula de cristal. Literalmente. Benet, de 45 años y ex director operativo del Servicio Coordinador de Urgencias de Barcelona 061, obtuvo el pasado mes de junio una sentencia favorable que condenaba al 061 por haberle sometido a una situación de acoso psicológico (mobbing) y le ordenaba restituirlo en su antiguo puesto de trabajo (véase EL PAIS del 23 de julio de 2003). La empresa -participada en el 40% por el Ayuntamiento de Barcelona y en el 60% por la Generalitat- no sólo no lo readmitió, sino que le comunicó que estaba despedido y presentó un recurso. Entonces fue cuando Benet decidió pedir la ejecución provisional de la resolución judicial.

El Juzgado de lo Social número 8 de Barcelona dictó el 3 de septiembre un auto por el que obliga al 061 a ejecutar provisionalmente la sentencia, "porque las sentencias dictadas en los procesos de derechos fundamentales son inmediatamente ejecutivas con independencia de la interposición de recursos". Además, impone al gerente de la empresa, Maurici Oliver, quien comunicó el despido a Benet, una multa personal de 300,51 euros diarios en caso de "no llevarse a cabo regularmente la readmisión".

Benet denuncia ahora que el 061 ha acatado la decisión judicial de manera irregular y "sólo de puertas hacia fuera" ya que, lejos de reponerle en su antigua función, le asigna la realización de un análisis sobre el transporte sanitario de Barcelona. Esta tarea, sostiene Benet, está desprovista de toda utilidad ya que la desempeñan otras personas. Además nada tiene que ver con el puesto de director operativo del servicio, cargo que desempeñó durante dos años hasta marzo de 2001, cuando fue destituido y la empresa creó un nuevo puesto ficticio, tal y como recoge la sentencia, diseñado ad hoc para él: jefe de gabinete de proyectos.

Físicamente su lugar de trabajo también cambió. Como muestra más de la situación de mobbing a la que lo sometió el Servicio Coordinador de Urgencias, trasladaron a Benet a lo que el llama "jaula de cristal o pecera". Colocaron una mesa, una silla y un teléfono (desde el cual sólo podía llamar a la provincia de Barcelona a pesar de que le encargaron un proyecto sobre la República Dominicana) detrás de un cristal en el pasillo por donde pasaban todos los trabajadores.

Cuando el viernes de la semana pasada volvió al trabajo, se encontró con la sorpresa de que sus superiores habían decidido que volvería a trabajar en la jaula. "Yo me niego a entrar en mi despacho porque entraría en una grave contradicción con mis propios valores", afirmó ayer Benet. "Decidí denunciar la situación de acoso que estaba viviendo y entrar allí sería como arrojar la toalla", añade. Benet cree que la empresa ha aceptado esta aparente vuelta a la normalidad "porque quiere evitarse la multa", y ha puesto en conocimiento del juez lo que él considera una "reincorporación irregular". El Departamento de Sanidad de la Generalitat no quiso hacer ayer ningún comentario al respecto.