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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Heterodoxia al límite

Reúne este libro todos los escritos de Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1936) que a primera vista no pueden catalogarse como poesía ni como ficción. Sin embargo, ambas son visitantes asiduas de estas páginas, en unas ocasiones de manera ostentosa (Fábula o Crónica decorativa) y en otras casi de modo invisible (las polémicas entre Pessoa y su heterónimo Álvaro de Campos, o la mitificación de personajes reales, incluidos algunos poetas menores). Lo que podría parecer caótico y hasta residual (ensayos, artículos, prólogos y entrevistas) tiene una consistencia que se recoge bien en la denominación general que le da el editor: Crítica. Lo es en el sentido más amplio, que alcanza lo social. Hay, por supuesto, mucha crítica literaria. También mucha estética, algo de metafísica, bastante política y demasiada teoría económica.

CRÍTICA: ENSAYOS, ARTÍCULOS Y ENTREVISTAS

Fernando Pessoa

Edición de Fernando Cabral Martins

Traducción de R. Vilagrassa

Acantilado. Barcelona, 2003

586 páginas. 30 euros

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Toda literatura es correspondencia

La ironía y la hipérbole funcionan como motores de esta escritura, hasta el punto de que el conservadurismo radical que Pessoa exhibe en determinados momentos puede no ser otra cosa que un combinado político de esas dos figuras literarias. Lo cual no resta vigencia a ciertas afirmaciones: "Es cierto", escribe, "que tenemos algunos escritores y artistas que son hombres de talento". En esta Crítica, Pessoa explica sus heterónimos, teoriza sobre sus revistas y se zambulle en las polémicas de las vanguardias. También elige "el más bello libro de los últimos treinta años" o hace "la crítica de los libros malos que todo el mundo considera buenos".

Portugal aparece constantemente en las meditaciones de su gran poeta, que no duda en anunciarse mesiánicamente como un "supra-Camões". Su republicanismo -Roma al fondo-

refleja una relación fuerte entre el poeta y su patria. Sus mitos: el retorno del rey don Sebastián o el Quinto Imperio. Su razonamiento: que Portugal se mantenga como potencia europea. El colofón: una minuciosa Defensa y justificación de la dictadura militar. Sin semejantes presupuestos probablemente no podríamos leer una afirmación tan bella como ésta: "En el fado, los dioses regresan, legítimos y distantes".

Son numerosas las manifes-

taciones de su anglofilia literaria. La mejor se encuentra en un artículo aparentemente político: "La democracia moderna inundó Europa a través del fenómeno inglés llamado la Revolución Francesa". No es raro que Pessoa, tan antimonárquico como antidemócrata, opte por un estilo elevado para que el pueblo (llega a llamarlo "los subportugueses") no le entienda. Estamos en los límites de la heterodoxia.

Si no fueran de Fernando Pessoa, creo que nadie -ni econonomistas ni amantes de la literatura- leería sus ensayos sobre comercio. Aun así, el poeta se adentra sin mancharse en algunos barrizales que mezclan lo abstracto con lo concreto. Un ejemplo: "¿La cláusula C.I.F. incluye los gastos de la factura consular?". Más de una vez subraya Pessoa su pretendida originalidad en esta materia: "Este estudio es propiamente nuestro... Al César lo que es del César, incluso cuando nosotros somos el César". En esa soberanía sobre el lenguaje y sobre el pensamiento se reconoce al poeta. Igual que en su vida, resulta casi imposible separar literatura y prosa comercial. Por si fuera poco, Pessoa insiste en que comercio y cultura constituyen las dos características de las sociedades civilizadas. Por eso "los preceptos prácticos en general y los de Henry Ford en particular" contienen reflexiones deliciosas (o preocupantes, según se mire), lo mismo que el ensayo La reforma del calendario o la colección de Aforismos y preceptos.

El libro guarda el mundo del Pessoa real, del auténtico (si tal categoría le fuera aplicable), del que dedicó sus días a la traducción de cartas comerciales. Ser un genio desconocido le parece el más bello y "el más elevado de los destinos". ¿Extravagancia? ¿Infortunio? Nada de eso. En todo gran poeta hay una dimensión moral que trasciende sus circunstancias. Nuestro momento, hastiado de famosos mediáticos (que invaden la literatura sin rubor, y viceversa), necesita la independencia sentenciosa de Pessoa: "La celebridad es una plebeyez... Es preciso ser muy grosero para ser célebre a voluntad".

Este libro de Pessoa ha sido recopilado y organizado por otros. Principalmente, por el tiempo, como explica Fernando Cabral Martins en su epílogo. Por ello, y por todo lo que hemos visto -temas, estructura, conexión con la vida-, pertenece de pleno derecho a la obra de ese poeta que no deja de sorprender.

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