Mal sonido y mucho baile
Dicho sea siempre con el debido respeto, es deseable que no hayan de pasar otros 100 años para que la calidad del sonido en un macroconcierto de estas características sea la que el público merece. Porque, fiel a sus proverbiales condiciones acústicas, el remozado coso de Vistalegre sigue siendo el espacio menos idóneo con que cuenta la capital de España para albergar conciertos de música, y el que es motivo de esta crónica, el del centenario del diario Abc, es buena prueba de ello.
Mal -y 45 minutos tarde sobre el horario previsto- comenzaron el venerable Bebo Valdés y su compadre El Cigala, a quienes acompañó un catálogo de desabridos acoples en la mayor parte de su actuación. La bien pagá y Lágrimas negras, entre otras composiciones, no lograron enmendar ese pequeño caos inicial que los más optimistas atribuyeron a que el recinto aún no estaba lleno del todo. Pero hete aquí que, para cuando la Niña Pastori irrumpía en el escenario con su inseparable Chaboli, la plaza registraba ya un aforo considerable y el sonido seguía siendo, expresado de forma benevolente, ratonero. Con un reducido combo de músicos agrupado en torno a ella, la Niña hizo lo que pudo, dando voz templada y hermosa y bellas composiciones como la bulería De mil colores y el clásico Rosa María para combatir la cacofonía reinante.
Concierto del centenario de ABC
Santana, Raimundo Amador, Niña Pastori y Bebo Valdés y Diego El Cigala. Plaza de toros de Vistalegre. Madrid, miércoles 24 de septiembre.
Cómo sería el tema que, cuando salió Raimundo Amador, la zona VIP, en la que había bebida y comida a granel y enormes pantallas de vídeo para seguir el concierto, estaba a reventar de invitados. Pero poco se pudo disfrutar del ex Veneno y ex Pata Negra, quien, quizá escaldado, sólo interpretó apenas un par de canciones. Naturalmente, y como se esperaba, el sonido mejoró, aunque no del todo, con la aparición de Carlos Santana en escena. Rodeado por un potente grupo de músicos, esta encarnación del arquetipo musical latino ofreció un potente concierto en el que repasó los temas de sus dos últimos y exitosos discos, el laureado Supernatural y el más reciente Shaman.
Las canciones Corazón espinado y Smooth se mezclaron entonces con legendarios temas como Black magic woman, Oye cómo va y Samba pa ti, interpretada esta última como un poco por obligación y sin entusiasmo. Pese a estos matices, el público se lo pasó estupendo y bailó como era menester. Máxime si, además, tenía la oportunidad de tropezarse con algún ministro o con el líder de la oposición, que de todo había.
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