Medio siglo de cooperación militar
El 26 de septiembre de 1953, EE UU y España firmaron el convenio que permitió la construcción de bases de uso conjunto
Palacio de Santa Cruz, 26 de septiembre de 1953: El embajador de Estados Unidos en España, James C. Dunn, y el ministro de Exteriores español, Alberto Martín Artajo, firmaron los Pactos de Madrid. Incluían tres acuerdos: el más relevante, de defensa, para la construcción y el uso de bases militares de Estados Unidos en España; un segundo de ayuda económica, y otro más sobre ayuda para la defensa mutua. Aquel pacto garantizó a EE UU la disposición de bases militares en España sobre las que Washington, en los primeros años, gozó de capacidad de decisión unilateral gracias a las cláusulas secretas que acompañaron al acuerdo.
Aquel pacto se firmó sólo un mes después del Concordato con la Santa Sede y ambos marcaron una nueva etapa en el franquismo. Para unos, el acuerdo sellado con Washington consolidó el régimen del dictador Franco. Para otros, introdujo una semilla de cambio que, poco a poco pero de forma inexorable, llevaría al cambio de régimen.
Según la última estadística disponible -de finales de 2002- un total de 5.871 personas se encontraban bajo mando de EE UU en las bases militares en España. De ellos, 2.621 integraban el cuerpo militar, 1.419 pertenecían al servicio civil y 1.831 estaban adscritos como personal dependiente, informa Pau Pareja desde Washington. La plantilla de las bases estadounidenses en España tuvo su momento álgido en 1963, cuando en ellas llegaron a estar destacadas 13.148 personas. Curiosamente, en 1954, sólo un año después de la firma de los Pactos de Madrid, el personal ocupado en las bases era de 5.895 personas, es decir, prácticamente lo mismo que queda ahora.
El acuerdo de 1953 se modificó por vez primera en su décimo aniversario mediante el denominado "canje de notas sobre propuestas de modificación del convenio defensivo de 26 de septiembre de 1956". Se prorrogó en junio de 1969. Se reformó en agosto de 1970 con la firma del Convenio de Amistad y Cooperación. En 1976 pasó a ser un Tratado de Amistad y Cooperación que, ya con la democracia, se replanteó y ajustó a los nuevos tiempos en 1982, en 1988, y, por último, a principios de 2002 mediante un protocolo de enmienda del convenio de 1988.
Este último acuerdo empezó a negociarse entre Madeleine Albrigth, secretaria de Estado de EE UU con Bill Clinton, y el entonces ministro de Exteriores, Josep Piqué, en 2000. Lo ultimaron el actual secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, y el ministro Piqué en abril de 2002. Este protocolo se ratificó en el Congreso de los Diputados, con el apoyo de la práctica totalidad de los grupos políticos, en octubre de 2002. Tal consenso político también se produjo en las renovaciones de 1982 y 1988. Con la renovación de 2002, España aceptó que EE UU continúe en Morón y Rota hasta 2011 y aprueba la ampliación de la base gaditana que refleja el gráfico.
La última prórroga de los Pactos de Madrid entró en vigor en febrero de este año, coincidiendo con la visita que el presidente del Gobierno, José María Aznar, hizo al rancho tejano del presidente de EE UU, George Bush. La nueva actualización del convenio legaliza la actuación en España de los servicios de inteligencia e investigación criminal de la Marina y el Ejército del Aire de los EE UU y reduce los plazos para la concesión de permisos de sobrevuelo y escala de aviones o buques estadounidenses en puertos y aeropuertos españoles. Esta última renovación se fraguó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y se ha puesto en práctica en la guerra de Irak, a la que España no envió tropas pero sí exteriorizó todo su apoyo político en la cumbre de las Azores.
Hoy se cumplen 50 años del arranque de esta fórmula de colaboración que permitió la primera foto de Franco con un presidente de un país modelo de democracia. Aquello fue en 1959, cuando Dwigtht D. Eisenhower aterrizó en Madrid para que España celebrara su particular "bienvenido mister Marshall".
Ayer, la conmemoración de aquellos Pactos de Madrid de 1953 congregó en Rota a unas 300 personas, informa Francisco José Román. El almirante jefe de las actividades navales de EE UU en Europa, Gregory G. Johnson, y el almirante de la Flota, José Antonio Balbás, presidieron la ceremonia y calificaron de "éxito" la colaboración militar que han permitido las bases.
"Quiero pensar que Estados Unidos sintió la responsabilidad de situar al maravilloso pueblo español al principio de un viaje de desarrollo político y económico, que ha resultado tener un tremendo éxito", proclamó Johnson, quien calificó de "héroes" a los trabajadores y ciudadanos de Rota. Según el militar estadounidense, la creación de esa base militar gaditana respondió al valor estratégico de la Península y a las "ansias de España por terminar con su neutralidad y su aislamiento". El almirante ensalzó el el papel "crítico" que tuvo Rota durante la guerra fría para "asegurar la victoria colectiva de Occidente". Y pronosticó: "Juntos hemos hecho grandes cosas, y lo seguiremos haciendo en el futuro".
El almirante de la flota española, José Antonio Balbás, también abundó en la "voluntad" de España de "acometer", junto a Estados Unidos, "nuevas empresas". "Es cierto que la sólida amistad que hoy compartimos ha pasado por momentos complejos, pero la idea de acometer juntos nuevas empresas ha hecho que esta amistad (...) continúe y se incremente día a día", aseveró el militar español.
Mientras en la base se celebraban los 50 años de cooperación militar, fuera un grupo de empleados civiles reclamaban mejoras laborales. Se concentraron en las puertas de acceso desde Rota y entregaron octavillas con la leyenda: "PP no cumple, USA no paga". La base de Rota ocupa una extensión de 2.400 hectáreas y consta de un aeropuerto y distintas instalaciones portuarias, que acogen flotas de EE UU y de España.
En la renovación del convenio firmada el año pasado, España renunció a resolver el conflicto laboral que, desde hace ya tres años, mantiene un millar de empleados civiles españoles en la base de Rota. Tampoco se abordó la reivindicación del ayuntamiento, que percibe unos 300.000 euros anuales en concepto de impuesto de circulación por el uso de las 2.400 hectáreas que ocupa la base en el término municipal.
En ese último acuerdo, el Gobierno español vendió como logro la firma de un Memorandum de Entendimiento sobre cooperación tecnológica en industria de Defensa sellado entre Donald Rumsfeld, en representación del Pentágono, y el ministro español de Defensa, Federico Trillo-Figueroa. Ese memorándum copia los que tiene firmados EE UU con países como Reino Unido, Canadá o Australia para la transferencia de tecnologías sensibles.
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