La policía sueca libera al sospechoso de asesinar a la ministra Lindh
Detenido un segundo hombre presuntamente vinculado con el crimen
El hombre de 35 años que permanecía detenido como sospechoso del asesinato de la ministra de Exteriores sueca, Anna Lindh, fue liberado ayer por la policía, que simultáneamente detuvo a otra persona presuntamente relacionada con el crimen. El llamado hombre del NK, por el nombre del centro comercial donde fue apuñalada la ministra el pasado día 10, que había sido detenido la semana pasada, fue puesto en libertad al no poderse probar su implicación en el crimen.
Su liberación, anunciada ya por la prensa sueca de la mañana, fue confirmada posteriormente por la fiscal, Agneta Blidberg, y el jefe de la investigación, Leif Jennekvist, justo dos días antes de que expirara el plazo en el que estaba obligada a ponerlo en libertad si no existían pruebas en contra que justificaran su permanencia en prisión. Blidberg afirmó en una rueda de prensa: "El hombre detenido ya no es considerado sospechoso del asesinato de Anna Lindh".
Simultáneamente, la policía anunció la detención de un nuevo sospechoso, por su "probable" implicación en el asesinato, calificación que en la jerga jurídica sueca equivale a un grado mayor de sospecha que la que recaía en el detenido anteriormente. Los investigadores no quisieron dar detalles sobre el detenido, salvo que se trata de un hombre con antecedentes policiales, que vive en un suburbio de Estocolmo y, lo que ya se sabía, que su aspecto físico y edad coinciden con la del hombre registrado por las cámaras de vigilancia de los grandes almacenes Nordiska Kompaniet (NK) el día del crimen.
Otras fuentes aseguran que las pruebas disponibles contra el nuevo detenido son de más peso y que la policía "cree estar esta vez sobre la pista decisiva".
Pruebas de ADN
Tomas Johansson, jefe de la unidad biológica del Laboratorio de Técnica Criminal (SLK), no quiso confirmar ni desmentir que las pruebas de ADN encontradas tienen relación con el nuevo sospechoso. "Mantenemos permanentemente informados a los investigadores sobre cada detalle relevante que vamos encontrando", dijo el experto.
Aparentemente, la pista que llevó al nuevo sospechoso es un pequeño rastro encontrado en el cuchillo que utilizó el asesino, que junto con la gorra de béisbol y otras huellas están siendo analizadas en el SKL en la ciudad de Linköping, a 200 kilómetros al suroeste de Estocolmo. El cuchillo fue enviado al Forensic Sciencie Service de Birmingham (Reino Unido), presuntamente para confirmar la certeza de las pruebas encontradas. "En esta situación [las dificultades y críticas suscitadas por las pesquisas] no hay espacio para error alguno", dijo Johansson.
En cuanto al hombre del NK, su liberación no sorprendió. Desde un principio se sospechó -la policía fue muy cautelosa al respecto- que las pruebas para su detención eran relativamente inconsistentes. La policía sueca no quiso ayer hacer públicos los resultados de los análisis de ADN realizados hasta ahora, pero se puede deducir que no confirmaban la implicación del primer detenido en el crimen. Las conjeturas se centran ahora en la indemnización que el hombre deberá recibir por parte del Estado por los días retenidos en prisión.
Otra historia será si plantea una demanda por daños y perjuicios contra algunos medios de comunicación que realizaron una verdadera disección de su vida, sin omitir ni un solo detalle. Su abogado, Gunnar Falk, declaró ayer que su cliente se siente "increíblemente aliviado".
Por su parte, la justicia sueca ha emprendido una investigación para averiguar alguna posible filtración a la prensa por parte de alguna fuente policial.
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