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LA CARRERA DE MAESTRO

Los retos de los maestros del siglo XXI

La actualización de la carrera de docente hace necesario suprimir especialidades y crear otras nuevas

Los nuevos profesionales de la educación, que en el mejor de los casos no saldrán de las facultades españolas hasta el año 2010, no sólo necesitan homologar sus títulos para ejercer en el resto de la UE, sino que han de formarse para responder a grandes retos como educar en un universo escolar multicultural, utilizar las nuevas tecnologías en el aula e incorporar los nuevos conocimientos científicos a las materias que tendrán que enseñar.

Los decanos de Educación de todas las universidades españolas se reunieron la semana pasada en Valladolid para analizar cómo serán en el futuro las carreras de educación, una vez adaptadas al modelo europeo, lo que permitirá homologar los títulos que se obtienen en nuestro país con los demás del continente.

"La Universidad europea está entrando en un cambio revolucionario, que es imprescindible"

El decano de la facultad de Educación de la Universidad de Valladolid, José María Román Sánchez, explicó que, a pesar de que estas exigencias "pueden considerarse externas a la escuela", "es posible que obliguen a crear otro grado" para profesionales capaces de abordar esta problemática. "No pondré nombres [a esa posible nueva titulación universitaria] para no crear polémicas, pero es claro que se necesitan una serie de habilidades para abordar los nuevos retos".

Román Sánchez añadió que no basta con formar educadores que sepan muchas matemáticas o mucha lengua, sino que, además, tienen que dominar la manera de enseñarlas, "porque si un maestro no es capaz de enseñar lo que sabe, no sirve para nada". El decano de la Autónoma de Madrid, Antonio F. Maldonado, destacó que en estos momentos la Universidad europea está entrando en "un cambio revolucionario, que es imprescindible para evitar que Japón o Estados Unidos nos coman el terreno en docencia y en investigación".

La reforma de las titulaciones que dan acceso a la docencia para adaptarlas al espacio universitario de la UE puede suponer la desaparición de algunas especialidades, lo que está despertando inquietud entre profesionales y estudiantes. Un futuro, por otro lado, que no es tan lejano, ya que el Ministerio de Educación quiere que el proyecto de adecuación de las titulaciones de Maestro al Espacio Europeo de Educación Superior esté finalizado antes del 15 de marzo.

Hasta el momento, nadie se atreve a calcular los costes económicos de una reforma que se adivina polémica, entre otras razones porque puede llevar al aumento de los años de estudio, con el fin de que los nuevos profesionales formados en las universidades españolas puedan trabajar como maestros, sin problemas de convalidación de títulos, en los demás países de la UE.

Uno de los objetivos de las reuniones que están teniendo los decanos es analizar la conveniencia de reducir el número de titulaciones de Educación dispersas que existen ahora mismo en nuestro país. En la actualidad, los titulados como maestro en las facultades de Educación pueden dar clase sólo en las etapas infantil y primaria o en el primer ciclo (1º y 2º) de la ESO, la carrera dura tres años y el título que optienen es una diplomatura (de tres años). Con la adaptación de los estudios universitarios al espacio europeo, el Ministerio de Educación ya ha anunciado que desaparecen todas las diplomaturas y que las futuras carreras serán de tres o cuatro años. La mayoría de las licenciaturas duran actualmente cuatro años.

Además, la carrera de maestro cuenta actualmente con las escecialidades de Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Especial, Musical, Física, Audición y Lenguaje, y Lengua Extranjera. Un abanico muy amplio que no garantiza, según los profesionales, que estos estudios puedan convalidarse en el resto de la UE, por ejemplo, para ejercer en Gran Bretaña o en algunas regiones alemanas.

Aunque en la reunión de Valladolid no se han tomado decisiones definitivas, los representantes de las 44 universidades españolas presentes han debatido sobre algunos textos que reconocen que la diversidad de titulaciones "ha restringido la movilidad de estudiantes en Erasmus, siendo nuestro país escasamente atractivo para quienes quieren ser profesores, a pesar de la espectacular demanda de educadores con dominio del castellano que existe en toda Europa".

De acuerdo con los datos barajados en esta reunión, cada año se incorporan 89.000 nuevos estudiantes al sector de la Educación, y aunque la conferencia de decanos no se ha pronunciado todavía abiertamente por acometer grandes cambios, la Comisión de Expertos de este organismo "considera como hipótesis de trabajo predominante la reducción del número de titulaciones de maestro, entre las que se encontrarían Educación Infantil y Educación Primaria".

El decano de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Antonio Maldonado, y coordinador del proyecto de adaptación europea recuerda que desde hace más de veinte años los expertos coinciden en que "los alumnos de magisterio necesitan una formación adicional", ya que tres años de carrera no parecen suficientes para atender las demandas exigidas "por la realidad y complejidad del sistema educativo".

Otra de las preocupaciones en diversos países de la UE, como el Reino Unido y Holanda, es la falta de profesores. Sobre esta cuestión explicó en Valladolid el decano de la Autónoma de Madrid Antonio F. Maldonado que "el déficit de enseñantes es debido a que es un trabajo duro y mal pagado". "Conviene tener en cuenta que esta profesión es, junto a Enfermería, la que tiene un mayor número de bajas por depresión. Pero en España, contrariamente, hay un gran número de maestros y, si no fuese por la dificultad del idioma, sería un país que podría exportarlos a toda Europa. En la UE en general, la profesión de maestro aún no tiene el prestigio suficiente", añadió Maldonado.

Un grupo de participantes en la reunión de decanos de Educación en Valladolid, la pasada semana.
Un grupo de participantes en la reunión de decanos de Educación en Valladolid, la pasada semana.FRANCISCO CANTALAPIEDRA

Para enseñar a los inmigrantes

En poco más de 10 años, el fenómeno de la inmigración ha sido de tal magnitud que en algunos pueblos españoles el número de alumnos de otras nacionalidades que van a la escuela supera ya a los nacidos en nuestro país, aunque sin perder de vista que hay más castellano-leoneses viviendo en Francia y Argentina que extranjeros en toda esta Comunidad. Ello está obligando a los maestros a formarse urgentemente en la atención a este nuevo alumnado, que, en el caso de la región, procede fundamentalmente del este de Europa y de América Latina. Con este panorama multiétnico los expertos reunidos en Valladolid reconocen que es imprescindible facilitar a los maestros y profesores de instituto los conocimientos mínimos sobre la vida, la cultura y las costumbres de estos nuevos ciudadanos españoles. El decano José María Román explica "que los inmigrantes más fáciles de integrar son los del Este", hasta el punto de es que probable "que en dos generaciones acaben siendo todos ellos estudiantes universitarios, como lo son, en la mayoría de los casos, sus propios padres". Román considera que la integración con los países del Este está resultando más sencilla "porque tenemos una cultura común, ya que, aunque algunos tengan raíces cirílicas, otros las tienen latinas". En todo caso, conviene recordar que "el porcentaje de universitarios entre los inmigrantes que han llegado a España es más alto que el de los universitarios españoles, por lo que no tiene ningún sentido que a veces se les mire por encima del hombro".

Para prestar un mejor servicio a los inmigrantes que cursan estudios en España se están poniendo en práctica actividades como el curso de posgrado que dirige el secretario de la Facultad de Educación de Valladolid, Jesús María Aparicio, destinado a especialistas en educación intercultural. Con él se pretende evitar, entre otras cosas, lo que, según cuenta Aparicio, le sucedió recientemente a una profesora que tardó en descubrir que una niña de su clase no entendía nada de lo que le explicaban a pesar de decir que sí moviendo la cabeza de arriba abajo. "Cuando supimos que era búlgara nos dimos cuenta de que en su país dicen 'sí' moviendo la cabeza de derecha a izquierda y 'no', de arriba abajo".

Pero el Departamento de Aparicio ha ido más lejos al estudiar también lo que opinan de los españoles los extranjeros que llegan a España a estudiar y la manera de armonizar sus hábitos con de España. Como ejemplo cita que la costumbre de servir mucha comida en el plato extraña a algunos extranjeros, que, por educación, no dejan nada en el plato. "A un chico alemán, recuerda Jesús Aparicio, le pusieron cuatro platos de garbanzos en la casa de los padres de su novia, y se los comió por no decir 'no', mientras ella estaba al teléfono, por lo que no pudo librarle de comer cocido casi hasta reventar".

Otras actitudes españolas que chocan a algunos estudiantes extranjeros es la costumbre de hablar siempre muy alto, o algo que incomoda mucho a los japoneses: "Tienen problemas con la manera tan afectuosa de saludarnos en cuanto conocemos a alguien, a quien plantamos dos besos o damos un fuerte apretón de manos", algo impensable entre nipones recién presentados,

según cuenta Aparicio.

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