_
_
_
_
Tribuna:OPINIÓN | Apuntes
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un sueño para una universidad

"He tenido un sueño". Con esta frase inició Martín Luther King su más famoso discurso en defensa de la no discriminación racial. Como Luther King, la mayoría de los seres humanos hemos tenido algún sueño a lo largo de nuestra vida. Esto es lógico porque somos diferentes e imperfectos y nuestras obras también lo son. Por tanto, no es extraño que ante diversas situaciones percibamos que son mejorables y sintamos la necesidad de actuar sobre ellas para eliminar aquellos aspectos negativos que creemos que encierran.

Cuando las personas padecen hambre, sed o frío sienten la necesidad de cubrir esas carencias. Cuando un país está gobernado por una oligarquía, los súbditos, que son la gran mayoría de la población, sueñan con una estructura democrática que los defienda y los convierta en ciudadanos de pleno derecho. Pero en estos casos como en tantos otros, el que una gran mayoría clame porque se produzcan iniciativas que conduzcan al cambio deseado no es suficiente para que esto ocurra. Lo poderes fácticos, en general, más que conservadores, inmovilistas, intentan eliminar cualquier iniciativa porque piensan que puede ir en contra de sus intereses personales o de grupo.

Si las personas somos imperfectas y nos equivocamos numerosas veces, sucede lo mismo con las instituciones que hemos ido creando para organizarnos y satisfacer las diferentes necesidades fisiológicas, formativas, de seguridad, de autoestima y de autorrealización que en definitiva, deben conducir a que nuestra vida personal y colectiva sea mejor.

Las Universidades, a pesar de ser los centros por excelencia de la educación superior, no escapan a las leyes de la imperfección que las personas imprimimos a todo lo que emprendemos. La Universidad Politécnica de Valencia, a pesar de los logros alcanzados en sus 35 años de existencia, tampoco es una excepción. Basta con escuchar la insatisfacción que sienten muchos profesores ante la falta de reconocimiento de su labor docente, investigadora o de gestión. Basta con observar la insatisfacción de la mayoría de sus alumnos por los sistemas de enseñanza y evaluación generalmente empleados. Basta, en fin, con detectar la falta de valoración de la labor imprescindible e importante que las personas de administración y servicios ofrecen, día a día, a la Universidad Politécnica de Valencia.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? A nuestro entender porque se ha preferido, salvo destacadas pero aisladas excepciones, aplicar a modo de parche medidas concretas e inconexas antes que establecer una política de largo alcance mediante la definición de unos objetivos y unas metas cohesionados en un proyecto común e integral que ilusionara a todos los miembros de la comunidad universitaria.

Sin embargo ese proyecto es posible porque: A) En la Universidad Politécnica de Valencia existe una mayoritaria voluntad de cambio que, aunque desea proteger todo lo que tiene un valor reconocido, necesita que su voz, su opinión y sus ideas tenga su foro; B) En la Universidad Politécnica de Valencia existe un potencial de casi 40.000 personas, humana e intelectualmente excepcional, capaz de subirse al tren del progreso que permita alcanzar los objetivos de un aprendizaje de nuestros alumnos y de una investigación de alto nivel y calidad, acorde con los retos que marca la sociedad Y, todo ello, con una estructura optimizada de gestión; y C) En la Universidad Politécnica de Valencia existen -y, si no son suficientes, deben solicitarse a las instituciones públicas y privadas que apuesten por este reto- recursos económicos y materiales par ayudar a hacer realidad ese proyecto.

Hemos tenido un sueño. Hemos soñado con una Universidad Politécnica de Valencia al servicio de la sociedad, al servicio de la propia comunidad universitaria y abierta a Valencia, a España, a Europa y al mundo. Hemos soñado con un sistema educativo en el que los profesores no tengan otro objetivo docente que el aprendizaje óptimo de sus alumnos utilizando los métodos de enseñanza y evaluación reconocidos como los que mejor resultado dan y asumiendo la fundamental labor de guía intelectual para facilitar la formación integral de cada estudiante. Hemos soñado con un sistema de apoyo a la investigación que potencie los grupos consolidados pero que incentive además, la formación de nuevos grupos de modo que ningún profesor encuentre dificultades y se sienta con el respaldo y reconocimiento de toda la Universidad en cada una de sus iniciativas. Y hemos soñado, también, con una estructura de gestión descentralizada, de responsabilidad compartida.

Hemos tenido un sueño para engrandecer la Universidad Politécnica de Valencia. Pero como queremos que ese sueño se convierta en realidad hemos elaborado, a partir de él, un Proyecto de Progreso para la Universidad Politécnica de Valencia , proyecto ilusionante, al servicio de la sociedad y de los universitarios, en igualdad y con justicia, abierto a todas las iniciativas. Un proyecto, en definitiva, no para vencer sino para convencer. Un proyecto que nace de un sueño y que esperamos hacerlo pronto realidad.

Eliseo Gómez-Senent Martínez es catedrático de Proyectos de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Valencia

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_