"No he tenido que pensar en hombres"
Pregunta. ¿Por qué quiso hacer públicas sus memorias?
Respuesta. Tras la muerte de mi marido, muchas personas me animaron a seguir utilizando su voz para lograr un mejor entendimiento del mundo musulmán.
P. ¿Se cree Pepito Grillo?
R. Me dijeron que era arriesgado hablar tan abierta y honestamente. Pero mi respuesta siempre ha sido que el libro es la verdad y sólo la verdad.
P. ¿Fue un chollo ligarse a un rey?
R. Yo creo que nuestra historia de amor ha sido muy humana, a pesar de nuestras posiciones y responsabilidades. Éramos un hombre y una mujer, y tuvimos que trabajar mucho para encontrar un equilibrio sano.
P. Cuenta que a usted se lo predijeron leyendo los posos del café. ¿Me miraría la tacita, por si me ve algo?
R. En primer lugar, esto es manzanilla [ríe]. Y sí, me contaron que volvería al país de mis ancestros y me casaría con alguien muy importante.
P. Ha comido con la reina Sofía. ¿La ve preocupada por si el príncipe Felipe se queda para vestir santos?
R. Bueno, he visto a toda la familia y estaban muy relajados [ríe]. A toda madre le preocupa este tema. Pero el matrimonio es un salto de fe, y hay que hacerlo confiando en los propios instintos.
P. Pese a sus orígenes, en el libro les toca la cara algo a los norteamericanos. ¿Un acto de valor?
R. Los norteamericanos están muy acostumbrados a que yo sea muy franca. El libro ha estado en el número 1 durante 20 semanas. Y lo más gratificante para mí es que a los judíos americanos les ha acercado más a la realidad de la situación.
P. ¿Cree que Bush es de lo peorcito que puede pasarnos?
R. [Ríe] Siempre evito hablar de personas. Creo que Estados Unidos tiene que ejercer su liderazgo de la forma más eficaz, formando parte de instituciones internacionales y de colaboración, y respetando sus decisiones.
P. ¿Nunca le chocó el papel de la mujer en el mundo árabe?
R. Me asombra que en algunas partes del mundo árabe hayan tardado tantísimo en entender que el papel de las mujeres es esencial para combatir la pobreza y promover la paz y la seguridad.
P. De hacer caso a Vanity Fair, Rania, esposa del rey Abdalá, y usted se tiran ligeramente los trastos por ver quién será el heredero, si su primogénito, Hamzah, o el de ella.
R. Nunca hemos hablado de este tema. El príncipe Hamzah fue elegido por el rey Abdalá y miembros de la familia.
P. A los nueve años intentó escaparse de casa. ¿No le han vuelto las ganas nunca más?
R. En el libro cuento dos ocasiones en las que la presión de la gente, los cotilleos y la falta de privacidad me llevaron a escaparme del palacio real en el coche de mi secretario. Me fui a casa de unos buenos amigos.
P. Usted fue vecina de Harrison Ford. ¿Me daría su teléfono?
R. [Risas] Estoy segura de que estaría encantado de hablar con usted. Pero no lo tengo aquí.
P. ¿Se considera retirada de la circulación en asunto de hombres?
R. Antes de contestar me disculpo, porque me siento como la persona más aburrida que haya entrevistado en su vida.
P. No crea. Las hay peores.
R. ¡Oh, Dios mío! [carcajada] Tengo a mi familia y a mis amigos, y sigo mirando a mi marido para buscar apoyo. Por eso no he tenido que pensar en ello.
P. ¿Nunca se quiebra?
R. Tengo mis momentos de debilidad, pero intento no compartirlos. Y soy muy afortunada, porque tengo amigos y una familia con los que me puedo sentir totalmente relajada.
P. Tiene una piel y un aspecto espléndidos. ¿Cuál es su relación con el bisturí y la silicona?
R. Nada de bisturí. Es la iluminación, la luz. Y el ejercicio, y el pensamiento positivo.
P. ¿Se atreverá a seguir tomando café para que le lean los posos?
R. Durante muchísimos años no me interesaron nada las predicciones del futuro. Pero desde la muerte del rey Hussein ya no tengo miedo como antes. No lo puedo explicar. Es una cuestión de fe.
PERFIL
Con 52 años y cuatro hijos, se muestra tan reidora, simpática y expresiva como prudente y embridada. Dice que le encantan el esquí y el tenis, y que durante la enfermedad de su marido patinaba para mantenerse cuerda. Aunque hace la entrevista con un elegante y sencillo vestido sin mangas, para las fotos se viste de regional.
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