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El zoo, hasta la bandera por las visitas a 'Copito de Nieve'

Los visitantes soportan largas colas para llegar hasta la jaula del gorila enfermo

aLos barceloneses acudieron ayer masivamente al zoo a despedirse de Copito de Nieve. El anuncio de los responsables del recinto, hecho público la semana pasada, de que el gorila albino se encuentra gravemente enfermo a causa de un cáncer de piel llevó a muchas familias a pasar el sábado en el parque con la idea de visitar al animal, quizá por última vez. El zoo registró una entrada de entre 8.000 y 10.000 personas, según fuentes municipales, el doble que otros días festivos, y las familias tuvieron que hacer una larga cola para llegar hasta la jaula de Copito.

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Del total de visitantes de ayer, decenas de niños respondieron a la invitación del Ayuntamiento y se presentaron en las taquillas del recinto con un dibujo de Copito para cambiarlo por una entrada. Este peculiar trueque se podrá hacer mientras viva el gorila y todos los dibujos quedarán expuestos en paneles que se han ubicado en la zona donde se encuentra el esqueleto de una ballena.

Ante la afluencia de público que ayer quería ver a Copito, los responsables del zoo habían previsto una serie de medidas para evitar aglomeraciones: hacían desfilar a los visitantes en un solo sentido y les solicitaban que permanecieran un tiempo prudencial frente a la jaula del gorila. Pero las ganas de verle pudieron más y se formó una enorme cola que daba la vuelta a la zona donde se encuentran los primates y que en algunos momentos supuso unas dos horas de espera. Visto el panorama, algunas familias llegaron a desistir y optaron por quedarse sin ver a Copito a cambio de disfrutar más horas del resto del recinto.

Como un abuelo

Como es habitual, el gorila pasó el día pendiente de sus tres nietas, Batanga, Nimba y Muni. Esta última es la más pequeña y también la preferida del animal, que no la pierde de vista ni un segundo. Con ellos viven también dos hijas del gorila.

Los cuidadores de los primates del zoo explican que, a sus aproximadamente 40 años -el equivalente a 80 en un ser humano-, Copi, así es como le llaman los empleados del zoo, se comporta como un auténtico abuelo. Juega con sus nietas y les enseña cómo comportarse, pero también reclama momentos de tranquilidad. Es entonces cuando se recluye en su rincón preferido, una roca llana, ancha y suficientemente elevada como para controlar todo cuanto sucede en el espacio.

El anciano animal sale poco al jardín. Por la mañana no le dejan, porque el sol agravaría su enfermedad, de modo que la puerta que separa la parte sombreada del soleado patio permanece casi cerrada. Lo justo para que Batanga, Nimba y Muni pasen de un lado a otro. En estas ocasiones, Copito se sienta junto a la puerta apoyando una mano en lo alto. Siempre alerta.

Pero no sólo las nietas son objeto de las enseñanzas del gorila. Sus cuidadores explican que, como macho del grupo que es, ejerce su papel y protege a la vez que marca a sus hijas. Por ejemplo, les permite cierta intimidad, pero interviene cuando se pelean por comida. Este marcaje puede consistir en una mirada de reprimenda, un gruñido o bien un pequeño mordisco en el cuello, con el que no les hace daño, pero consigue que obedezcan de inmediato.

Aparte de estas ocupaciones, como todos los gorilas, Copito y los suyos pasan parte del día comiendo. Fruta, hortalizas y frutos secos son la base de su dieta. Sobra decir que él come el primero y que sólo Muni es capaz de robarle alimentos. Los cuidadores también utilizan pequeñas dosis de comida para administrarle medicamentos o como reclamo para que se acerque a la verja y levante el brazo para poder curarle la herida que tiene en la axila como consecuencia del cáncer.

Un portavoz del Ayuntamiento de Barcelona recordó ayer que el zoo permanece abierto todos los días de la semana entre las diez de la mañana y las seis de la tarde, y solicitó a los ciudadanos que escalonen sus visitas para evitar situaciones como la de ayer. En cualquier caso, si la afluencia se incrementa y se rebasan las 10.000 personas, los responsables del zoológico cerrarán el acceso al parque, con el doble objetivo de asegurar una visita tranquila a los ciudadanos y que los animales no se pongan nerviosos.

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