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Acuerdo municipal para atajar el incivismo

CiU y PP critican al equipo de gobierno por falta de autoridad

Todos los grupos municipales del Ayuntamiento de Barcelona estuvieron ayer de acuerdo en la creación de una comisión para determinar las medidas a tomar contra el incivismo: incumplimiento de las ordenanzas de limpieza, vandalismo, ocupaciones de espacios públicos y otras actitudes. Al margen del acuerdo, los partidos de la oposición, Convergència i Unió y del Partido Popular, recriminó al equipo de gobierno "falta de autoridad".

La comisión estará integrada por todos los grupos políticos y forma parte de un paquete de iniciativas -como el encargo de un estudio a la concejal Marina Subirats en el que intervengan todos los interlocutores sociales- para fomentar el comportamiento responsable de los ciudadanos. Establecer normas de conducta adecuada en espacios públicos, modificar ciertas zonas para no fomentar el vandalismo, llamar a la participación ciudadana y reforzar el sistema de sanciones son algunos de los ejes avanzados ayer en el debate del plenario municipal.

Pese a la unanimidad en el diagnóstico, oposición y equipo de gobierno se enzarzaron en una densa discusión sobre qué papel tenía que desempeñar la autoridad municipal para hacer cumplir las ordenanzas, mejorar los servicios y aumentar la plantilla de la Guardia Urbana.

El equipo de gobierno intentó quitar hierro a la cuestión y argumentó que Barcelona ha vivido unos meses de verano excepcionales. Esta excepcionalidad de basa, sostienen, en el incremento de un 20% del turismo, el aumento sostenido de las temperaturas, que ha originado un uso intensivo del espacio público -en especial las playas y plazas- y por la celebración de hasta 35 fiestas diferentes en barrios de la ciudad; con las de Gràcia batiendo marcas con dos millones de visitantes. Por si fuera poco, la ciudad ha sido el escenario de los Mundiales de Natación y de los Juegos de Policías y Bomberos.

Piña contra la oposición

"Pues el resultado es que el equipo de gobierno no ha sabido asumir esa circunstancia ni resolver las necesidades. La ciudad cada vez está más sucia y se confunde la tolerancia con el desorden", afirmó el presidente del grupo municipal de Convergència i Unió, Xavier Trias. Parecidas críticas salieron de los bancos del PP. Sobre todo por boca de su presidente, Alberto Fernández Díaz, que no dudó en pedir más mano dura -"que no tiemble el pulso", dijo- para evitar fiestas como las que este verano se han vivido en las playas de la Barceloneta. "Yo ya formé parte de una comisión por el civismo creada en 1991 y ésta es la segunda. Mi opinión es que se deden cumplir las ordenanzas, sancionar más y poner más Guardia Urbana en la calle". A Clos le recriminó no tener autoridad y el alcalde le replicó que tendrá más cuando se apruebe la Carta Municipal de Barcelona, parada en los despachos ministeriales del Gobierno del Partido Popular.

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Una vez más, los tres socios de gobierno -PSC, ERC e ICV-EUiA- hicieron piña contra la oposición. "La convivencia de la ciudad no se impone a base de normas y sanciones. Ni mucho menos a base de más agentes. Hay que llegar a acuerdos", replicó Imma Mayol, de ICV.

Mayol puso un ejemplo: "Para la verbena de Sant Pere pusimos más contenedores en las playas que, sin embargo, amanecieron sucias mientras que los contendores estaban medio vacíos". Portabella rechazó que la oposición de CiU y PP asocie la situación de Barcelona a un equipo de gobierno formado por tres grupos de izquierdas, "porque ocurre lo mismo en Madrid o en Valencia", con gobiersnos conservadores. El concejal republicano apostó por un civismo de equilibrio entre las libertades individuales y las colectivas.

Otro síntoma de que el Consistorio no sabe resolver el uso intensivo de la ciudad es, según Joan Puigdollers (CiU), que disminuya la frecuencia de paso de autobuses en agosto: "¿Si hay más turismo, por qué no se mantiene, como mínimo, la frecuencia de autobuses?".

Las tensiones dialécticas entre los dos lados del salón de la Reina Regente se volvieron a repetir cuando aprobaron -por unanimidad-la creación del registro de encuestas. Desde las filas de CiU se recriminó tanto al PSC como a sus socios mantener diferentes actitudes en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Parlament.

Mientras que las medidas de gobierno en distintas materias, como urbanismo s prácticamente se aprobaron por unanimidad, las proposiciones fueron el caballo de batalla dialéctico. El pleno también concedió la medalla de oro de la ciudad a Jordi Solé Tura y a Miquel Roca, dos de los padres de la Constitución.

Policía metropolitana

CiU y PP pidieron más agentes de la Guardia Urbana para combatir el incivismo. Con más agentes inspeccionando y sancionando habría menos problemas. Ése es el punto de vista de la oposición.

880 fue el incremento de agentes que pidió Xavier Trias y 1.000 el número de Alberto Fernández Díaz. El equipo de gobierno se opuso a esos incrementos alegando que lo que está ocurriendo ahora es que la Guardia Urbana ocupa el 30% de su tiempo en funciones de seguridad ciudadana. Se está supliendo el déficit creado porque el Cuerpo Nacional de Policía se está marchando cuando todavía no se ha desplegado la policía autonómica, argumentaron. "Dentro de unos meses, cuando se produza el despliegue de los Mossos en Barcelona, tendremos 4.000 agentes y la Policía Local volverá a ejercer sus funciones de policía de proximidad. Ya ha pasado en las poblaciones donde se ha hecho el relevo, como en Badalona", contestó el alcalde de Barcelona, Joan Clos. ERC e ICV también comparten la postura de que sería una imprudencia incrementar ahora la plantilla de la Guardia Urbana.

Precisamente en esa discusión, Clos avanzó que "propondrá a la Generalitat la constitución de una policía metropolitana integrada, con la coordinación al más alto nivel de los dos cuerpos", en referencia a la Guardia Urbana y a la policía autonómica. También propuso que el despliegue de los mossos no se lleve a cabo de forma aislada en el área metropolitana, ciudad a ciudad, sino de forma global.

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