Estonia vota a favor del ingreso en la Unión Europea
Los estonios votaron ayer abrumadoramente a favor del sí en el referéndum para adherirse a la Unión Europea, con casi el 70% de los votos a favor. Escrutado cerca del 100% de los votos, el sí obtuvo un 66,7% de éstos, contra 33,2% de noes. Este resultado se interpreta como la voluntad del pueblo de este pequeño país báltico de pasar página sobre su doloroso pasado soviético.
Estonia, con 45.000 kilómetros cuadrados (del tamaño aproximado de Extremadura) y casi un millón y medio de habitantes, es el octavo país que aprueba por referéndum su adhesión a la UE, después de que ya lo hicieran Eslovenia, Hungría, Lituania, Eslovaquia, Polonia, la República Checa y Malta, en lo que supondrá una histórica ampliación de 15 a 25 países miembros en mayo del año próximo. La vecina Letonia se pronunciará la próxima semana, y el resultado se presume incierto. Chipre se adherirá sin celebrar referéndum.
Las encuestas ya reflejaban que 7 de cada 10 votantes apoyaban la entrada en la Unión, a pesar de que existía cierto temor de que la dinámica y liberal economía estonia se viera sometida a las exigencias comunitarias.
"Verdaderamente creo que la población de Estonia dirá sí hoy", declaró el presidente del país, Arnold Ruutel, después de depositar su voto en la capital, Tallín, ayer. Ruutel fue un líder del movimiento libertador antisoviético a finales de los ochenta.
La coalición de derecha en el poder siempre sostuvo que alcanzar la categoría de miembro de la UE no sólo tendría un efecto positivo en la economía, sino que situaría a Estonia en el ámbito europeo, lo que contribuiría a proteger su independencia, alcanzada en 1991.
Un pasado tormentoso
Estonia ha sido un país con un pasado tormentoso: junto con otros países de Europa del Este proclamó su independencia al final de la I Guerra Mundial, coincidiendo con el derrumbamiento de los tres grandes imperios de la región (Rusia, Alemania y Austria). Pero, tras la II Guerra Mundial, Estonia fue engullida por la victoriosa Unión Soviética.
"Estonia es demasiado pequeña para sobrevivir por si misma", afirmó Piret, de 37 años, después de votar. "La vida sólo puede mejorar dentro de la UE", añadió, y se mostró esperanzada en que el nivel de vida mejore tras el ingreso. Tras partir desde cero en 1991, con una economía devastada, Estonia se ha convertido en un ejemplo de exitosas reformas orientadas hacia el libre mercado. La renta per cápita casi se duplicó en los últimos tres años, hasta alcanzar aproximadamente los 6.000 dólares anuales, lo que no deja de ser un quinto de la media de la UE.
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