Las colas de Tráfico
Una vez más he tenido que perder una mañana en la Delegación de Tráfico de la calle de Arturo Soria. Pasan los años y seguimos teniendo una atención al ciudadano tercermundista para la obtención de documentos tan básicos hoy en día como son el carnet de conducir o los papeles de circulación del coche:
1) Dos enormes colas desde el acceso al edificio para acceder a las ventanillas de información y obtención de documentos (unos 20 minutos).
2) Una cola que sube las escaleras y, tras numerosos zig-zags, llega a la caja para pagar las tasas (otros 20 minutos).
3) Una larga espera en salas que parecen de refugiados (entre dos y tres horas).
El número de horas laborables perdidas por los cientos de ciudadanos que acuden a las delegaciones de la DGT -sé que la misma situación se da en otras capitales- (entre el desplazamiento y la espera suman una mañana de jornada laboral) demuestra el poco interés que el Ministerio del Interior presta al asunto. Esta situación es intolerable e imperdonable para un Gobierno que tiene tan a gala el ir a la cabeza de los países desarrollados.
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