El 'Guri'

Al final va a ser verdad eso de que todos tenemos un día. Y mientras algunos esperamos pacientes a que nos toque a nosotros, vemos cómo los días pasan y cómo las personas se van adueñando de ellos; éste para mí que me lo merezco, o este otro que no sé aún cómo, pero lo cierto es que es mío. A veces, esos días que nacen con nombre y apellido, hacen justicia a toda una vida carente de ella.

Son días en los que el protagonista se levanta como un día cualquiera, sigue su rutina como un día cualquiera, y hace su trabajo como un día cualquiera. Muchas veces el propio implicado ni siquiera es capaz de imaginar que está en un momento decisivo de su propia vida. Pero súbitamente ocurre algo, algo que hubiese sido tan sólo un sueño en cualquiera de esos días, algo que se escapa de todo lo que se hubiese podido ambicionar.

Y a partir de ese día nada vuelve a ser igual. Todo da un giro tan brusco, que a partir de entonces los recuerdos sobre aquel día quedarán teñidos de un color del que carecían en su momento. Años después, aquel día estará en la cima de la jerarquía de tus recuerdos. Todos los detalles de lo sucedido estarán grabados a fuego en la memoria -lo recuerdo como si fuera hoy mismo, suelen decir-, pero ninguno de ellos será verdaderamente real, todos llevarán una capa de barniz que nadie supo ver aquel día, pero que parecerá tan real como la propia realidad.

Tu recuerdo te engañará y te dirá que aquel día, ya cuando te levantaste, tuviste la intuición de que algo grande iba a pasar. Y te intentará igualmente convencer de que aquel cosquilleo que sentías en el estómago -el mismo que sentías cualquier otro día, pero que atribuías a los nervios-, era el indicador que entonces no supiste interpretar de todo lo que vendría después. Y el día de ayer tuvo un sólo nombre. Fuel el día de El Guri Nozal.

Pedro Horrillo corre la Vuelta con el Quick Step.