Fábrica de tabaco

Yo nací en la fábrica de tabacos, allí me crío una cigarrera, "la maestra Encarna" -mi segunda madre-, pasé mi niñez y adolescencia y conocí a muchos trabajadores: Luis el ordenanza, M. Brisquet el mecánico, los hermanos González, Manolo y Augusto, las maestras Juana y Carmela e incluso más tarde a Gloria. Mis vivencias son de allí, también la de mis hermanos. En aquel lugar murió mi padre y también vestí durante muchos años con la túnica de nazareno de la Hermandad de las Cigarreras. De aquella época no sólo me queda el recuerdo, también mi dependencia del tabaco negro -Celtas y Ducados-.

Ahora quieren cerrar la Fábrica de Tabaco, para mí nunca será Altadis -no me gusta nada ni el nombre ni la globalización- y mi corazón vibra, no ya sólo por la emoción y recuerdos de mis años infantiles, sino por los hijos y nietos de aquellos trabajadores que conocí, que ven hoy peligrar su puesto de trabajo.

Me cantaba la "maestra Encarna", cuando la Fábrica de Tabaco se mudó al barrio de Los Remedios, que "a las cigarreras les pasa al igual que a los estudiantes, que cuando los quieren avasallar salen con los estandartes".

Desde estas líneas les pido a todas las Administraciones, local, provincia, autonómica y estatal, que pongan todo su empeño para que esto no suceda, y a todos vosotros, los trabajadores actuales de Tabacalera, todo mi apoyo y solidaridad en todas vuestras acciones.