Joaquim Homs i Oller, compositor catalán

Casi un siglo de firme trayectoria al servicio de sus convicciones musicales define el talante humano y artístico del compositor catalán Joaquim Homs i Oller, fallecido el martes a los 97 años. Discípulo de Robert Gerhard, insobornable apóstol del dodecafonismo en España y decano de los compositores españoles, Homs fue un luchador de fondo, un corredor solitario, ajeno a modas y experimentos de vanguardia. Fue también un creador paciente -entre 1925 y 1996 forjó más de 200 partituras que abarcan desde la música instrumental, vocal y coral a la ópera- al que no desanimó la falta de apoyos en su difusión.

Homs estaba tan acostumbrado al olvido institucional que no esperaba gran cosa de las instituciones públicas. Esperó pacientemente hasta ver cómo la figura de su venerado maestro Robert Gerhard fue finalmente reconocida en España al cumplirse en 1996 el centenario de su nacimiento. Y tuvo que esperar a los 92 años para tener en sus manos los primeros discos consagrados exclusivamente a su música: una selección de su obra para piano, interpretada por el pianista Jordi Masó y editada por el sello Marco Polo, y la primera grabación mundial de su obra de cámara, a cargo de José Luis Temes, y los grupos Círculo, Manon y Pomorski (1999, Fundación Autor, Decca).

Buena parte de su obra aún no ha sido estrenada. En los últimos años, apartado ya de la creación, vivió con emoción la recuperación de algunas obras que permanecían inéditas, como su primer cuarteto para cuerda, de 1938, que no había escuchado nunca hasta que recibió el máster de la versión discográfica. O su producción orquestal: la Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) interpretará en febrero su Simfonia breu (1975).

Homs es un músico al que hay que comenzar a valorar más alla de su condición de discípulo de Gerhard -también, indirectamente de Felip Pedrell y de Arnold Schönberg - y pionero del serialismo en España. Desde el uso de la escritura atonal hasta sus incursiones en el cancionero popular, su credo artístico persiguió la búsqueda de un lenguaje cada vez más riguroso y expresivo. De la solidez estructural, el virtuosismo y la tensión dramática de sus piezas para piano, como la Sonata para piano nº 1 (1945) a la rica madurez expresiva de Tres evocacions (1982-1987) y la serie de seis Souvenirs (1984-1995). O sus esfuerzos para vincular el canto y la poesía, buscando la inspiración en Lope de Vega y Shakespeare, en Hölderlin, Valéry y Tagore, en grandes autores catalanes como Espriu, Carner, Riba...

Nacido el 21 de agosto de 1906, en el seno de una familia que propiciaba la práctica musical, Homs estudió violonchelo y en 1929 finalizó la carrera de ingeniero industrial, profesión que ejerció hasta su jubilación. Casado con la notable pintora Pietat Fornesa, representó a España en los prestigiosos Festivales de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea (SIMC) en París (1937), Varsovia (1939) y Estocolmo (1956).

La relación con Gerhard, que se convirtió en su maestro, fue intensa y decisiva. A partir de 1950 se inició en la técnica dodecafónica con su Trío para flauta, oboe y clarinete bajo, y en su amplia obra figuran ocho cuartetos, numerosos tríos para diversas combinaciones instrumentales, obras orquestales como Biofonía y Derivacions, y una extensa producción de lieder, con ciclos como Ocells perduts, sobre textos de Tagore; Cementiri de Sinera y El caminant i el mur, ambos sobre poemas de Espriu. Homs, autor de los libros Robert Gerhard y su obra y Antología de la música contemporánea (1900- 1959), fue el primer presidente de la Associació Catalana de Compositors, fundada en 1974, y miembro electo de la Reial Academia Catalana de Belles Arts de Sant Jordi.-