11 entidades quieren llevar los accidentes de tráfico a la campaña electoral

En lo que llevamos de año se han producido 360 muertes en las carreteras catalanas. El año pasado los accidentes de tráfico causaron 812 muertos, 120 lesionados medulares irreversibles, 100 lesionados cerebrales también irreversibles y más de 30.000 heridos de diversa consideración en Cataluña. Además, el coche es ya la primera causa de mortalidad entre los catalanes de hasta 35 años. Por todo eso y porque detrás de cada cifra hay un drama humano, 11 entidades ciudadanas, que abarcan desde el Instituto Guttmann a la Asociación para la Prevención de Accidentes de Tráfico o la Federación Catalana del Taxi, reclaman a los partidos políticos que se comprometan a incluir entre sus prioridades la reducción de los accidentes.

El goteo de muertes por accidentes de tráfico no cesa. España tiene el dudoso honor de figurar junto con Grecia y Portugal en la avanzadilla de los países europeos en número de accidentes mortales. En el otro extremo están países como Reino Unido, Suecia y Holanda. Las cifras constatan que en los países del primer grupo una persona tiene casi tres veces más probabilidades de perder la vida en la carretera que en los del segundo. ¿Cómo es posible?

Esta misma pregunta se la formulan las 11 entidades catalanas que en el pasado mes de mayo -en plena campaña electoral municipal- presentaron un manifiesto para la implicación de los partidos políticos en la prevención viaria y reducción de los siniestros. Ahora, ante la inminente campaña para las autonómicas, estos colectivos han formado la Mesa Permanente para la Seguridad Viaria -cuyo acto de constitución oficial será el próximo 16 de septiembre- con un claro objetivo: que los políticos incluyan de manera prioritaria en sus agendas la prevención de la siniestralidad en las carreteras. "Si ellos no están por la labor, no hay nada que hacer", afirma Jesús Rogés, de la Asociación para la Prevención de Accidentes de Tráfico.

Para estos colectivos, la seguridad viaria es, hoy por hoy, el problema más grave de la sociedad catalana y no quieren resignarse a que las noticias de los accidentes de fin de semana se queden en una fría estadística. Las 11 entidades de la plataforma se miran en el espejo de los países que, tras dar prioridad a la prevención viaria en los últimos 25 años, han logrado reducir de manera drástica la siniestralidad. También lamentan la pasividad de los políticos catalanes para abordar el problema, pasividad que, según ellos, "terminan contagiando a la sociedad".

En este sentido, el manifiesto compara la siniestralidad en las carreteras con la laboral y destaca que en el último año se ha avanzado bastante en materia de prevención de riesgos laborales. Si los accidentes de tráfico producen seis veces más víctimas que los laborales, ¿por qué la reacción es tan distinta?, se preguntan. Las entidades plantean la necesidad de que exista una comisión fija y permanente en el Parlamento que trate de manera continua la seguridad viaria.

Propuesta de Maragall

De momento, quien ya se ha pronunciado sobre este problema es el candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall. En una reunión con los representantes de las organizaciones sectoriales y temáticas del PSC la semana pasada, Maragall explicó que la sociedad moderna sufre una crisis de seguridad y apostó por rebajar a la mitad la tasa de accidentes de tráfico. Por su parte, el responsable de infraestructuras de los socialistas catalanes, el diputado Manel Nadal, dirigió una carta la semana pasado a todos los partidos políticos, administraciones, agentes sociales, colegios profesionales y técnicos de diversas entidades en la que proponía precisamente abrir un debate para reducir el índice de siniestralidad de las carreteras.

Pero los políticos no son los únicos responsables. "Es también un tema muy cultural; cuando veo a los jóvenes de 16 años que van en moto y con el casco colgado en el brazo se me ponen los pelos de punta". Quien así habla es Lourdes, de la Asociación Catalana de Traumáticos Cranoencefálicos y Daño Cerebral (TRACE), otra de las entidades promotoras. Aunque no hay estudios epidemiológicos, la mesa calcula que el año pasado unas 3.000 personas sufrieron en Cataluña un traumatismo cranoencefálico debido a un accidente de tráfico.

Lourdes comenta las dificultades a las que tiene que hacer frente este colectivo debido a la escasez de servicios y recursos de que disponen y define a las víctimas de accidentes como una "epidemia silenciosa". "Muchas veces las familias no tienen otra opción que llevar al discapacitado a una residencia para la tercera edad o a una para enfermos terminales", asegura. Para prevenir los accidentes no hace falta inventar "una fórmula mágica", sostiene, "sólo hay que ver qué han hecho en los países que tienen una siniestralidad menor y aplicarlo si nos interesa".

Lourdes también cree que si los conductores fueran testigos directos de las consecuencias que pueden tener los accidentes, verían las cosas de otra manera. "Los llevaría a un centro de rehabilitación y haría que aguantasen la cabeza a una persona que no puede hacerlo ella sola", dice. Según TRACE, la mayoría de afectados por un traumatismo cranoencefálico son hombres de entre 16 y 35 años, y la cifra, lejos de reducirse, aumenta cada día.