Adhesión a Cataluña con una gran 'senyera'

Una amplia representación de entidades de inmigrantes de los cinco continentes afincados en Cataluña recibieron ayer en el Palau de la Generalitat una senyera de manos del conseller en cap, Artur Mas, en una ceremonia que éste definió como "acto de adhesión" de los inmigrantes a Cataluña. Dos de los asistentes leyeron, en nombre de todas las entidades, un manifiesto en el que expresan su voluntad de intregrarse plenamente en la sociedad catalana, de hablar en catalán, y piden a la ciudadanía que, para ayudarles, se les hable en esta lengua.

El amplio salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat quedó pequeño para acoger a las más de 300 personas que asistieron al acto. Fue probablemente la ocasión en que la sede del Gobierno catalán acogía una representación más variada de la población de Cataluña. El secretario general para la Inmigración, Salvador Obiols, dijo en una breve introducción que en la actualidad residen en Cataluña miembros de 177 nacionalidades diferentes, de los que afirmó que han emigrado "al mejor país del mundo". Y si no estaban todas representadas ayer en la ceremonia, faltaban pocas. La diversidad de razas y etnias, acentuada en algunos casos por las vestimentas, era lo más llamativo del conjunto.

Una veintena de cónsules asistieron al acto. Primero una colombiana y un magrebí leyeron, en catalán, el manifiesto Nosotros también queremos hablar catalán. "Como que la lengua catalana es una vehículo de inclusión", afirma el documento, "queremos manifestar nuestra voluntad de hacer de la lengua catalana también nuestra lengua y pedimos a las administraciones y a toda la ciudadanía su apoyo para conseguirlo".

Tierra de oportunidad

A medida que eran llamados, los representantes de las entidades desfilaban uno a uno ante el conseller en cap para recibir la senyera, que les era entregada junto con un disco con la grabación de Els segadors, el himno catalán, y un folleto editado con motivo de la fiesta nacional de Cataluña.

Se entregaron sólo unas 40 banderas, pero el Gobierno catalán ha decidido remitir una bandera a cada una de las entidades de inmigrantes existentes en Cataluña. Tras la entrega, Mas pronunció un discurso en el que explicó que Cataluña es un país de larga historia que ha debido realizar un gran esfuerzo para mantener su identidad, y les animó a integrarse plenamente en esa identidad colectiva. "Ustedes han visto en Cataluña una tierra de oportunidades y de promoción personal", dijo Mas, "pero es preciso que no queden al margen de la sociedad, que se integren plenamente y se despierte en ustedes un sentimiento de pertenencia a esta colectividad".

El conseller en cap advirtió a todos los asistentes que la emigración es un difícil reto para quien deja su país, pero también para las sociedades de acogida y por esta razón, dijo, no debe sorprenderles que en los próximos meses, refiriéndose a la campaña electoral en ciernes, oigan hablar de la necesidad de que "la inmigración se lleve a cabo de forma ordenada y controlada".

Mas aprovechó el acto para reclamar una vez más que se conceda a la Generalitat la gestión de los permisos de trabajo y residencia de los inmigrantes.

Después, una coral interpretó Els segadors, con los asistentes puestos en pie. Luego, una veintena de niños y niñas hijos de inmigrantes entraron en el salón portando una gran senyera y se colocaron frente al coro. Terminado el acto, muchos de los asistentes se hacían fotos con el conseller en cap, mientras se servía un refrigerio en el Pati dels Tarongers.

El contrapunto a este acto lo pusieron los inmigrantes sin vivienda que desde hace meses residen en los antiguos cuarteles de Sant Andreu, en Barcelona, a la espera de que un juez decida si los desaloja. Uno de los portavoces de estos inmigrantes, el marroquí Mahha, afirmó refiriéndose al acto celebrado en el Palau de la Generalitat, que "Mas debería repartir comida y trabajo en lugar de banderas", informa Efe.