_
_
_
_
Entrevista:NICK NOLTE | Actor | ESTRENO | 'El buen ladrón'

"Está claro que he sido un adicto toda mi vida"

Si Nick Nolte se caracteriza por una carrera ecléctica, desquiciada y obsesiva, su vida errática y extravagante no es más que el perfecto reflejo de este arte. Qué mejor imagen de este intérprete de 62 años que esa foto policial, camisa hawaiana, pelo erizado y boca entreabierta, que el pasado año distrajo a los estadounidenses de las conmemoraciones del 11 de septiembre cuando el actor fue detenido por conducir bajo el efecto de las drogas. "Personalmente, creo que era una foto estupenda, mucho mejor que otras que me han sacado", comenta en ese tono tan suyo, entre serio y divertido. Lo mismo ocurre en su trabajo, vinculado siempre a Hollywood

pero a la vez manteniendo sus distancias con la industria. Ese es el caso de su último filme, El buen ladrón, bajo las órdenes de otro exilado de este negocio, el británico Neil Jordan, donde Nolte suelta su temperamento volátil para encarnar a un conocedor de las artes y estafador en declive que tiene que superar su adicción para un último golpe. Si el trabajo era demasiado cercano a su vida, Nolte no le da importancia aumentando aún más las similitudes al declarar que llegó a probar la heroína para meterse en el personaje.

"Un problema de la cultura americana es que no lleva muy bien el paso del tiempo"
Más información
Perdedores con clase

Pregunta. ¿No le preocupa asociar su imagen artística a sus problemas con las drogas?

Respuesta. Está claro que soy un adicto, que he sido un adicto toda mi vida y no hay nada nuevo que pueda decir a ese respecto. Es una enfermedad, una enfermedad bastante específica y sobre la que creo saber bastante porque me he pasado toda mi vida persiguiendo a científicos para que me expliquen cómo funciona. Sin extenderme en el tema diré que mi cerebro siempre quiere más porque no sabe cómo relajarse y eso se convierte en un problema. Por eso no es que me guste ser detenido por conducir bajo el efecto de las drogas pero en ocasiones ese tipo de situaciones son necesarias para que me dé cuenta de mi estado.

P. Al menos la experiencia propia habrá facilitado su conocimiento del proceso de desintoxicación.

R. Es un proceso duro y por eso vas a un hospital pero es bastante estándar. Yo fui a una de las mejores clínicas, Silver Hills. Allí estás 28 días, tienes un compañero de habitación y te tienes que lavar tu ropa interior, lo cual viene bien para la humildad. Luego asistes a seis charlas diarias y cuatro semanas más tarde estás limpio. Claro que el truco está en no recaer.

P. En su caso el tabaco parece una adicción mucho más difícil de cortar.

R. Me da una razón para seguir tomando todas mis vitaminas. Además, aprendí a fumar de niño y la humanidad lleva inhalando humo, en cigarrillos o en fogatas, por más de 100.000 años aunque dentro de poco va a ser imposible fumar en Estados Unidos. Mi espíritu investigador me lleva antes a favor de un tabaco más puro.

P. ¿Fue este interés científico el que le llevó este año a formar parte de una gran producción de Hollywood como Hulk?

R. Desde el momento en que Ang Lee llegó a mi casa, se sentó y me dijo que él no sabía cómo hacer una película de superhéroes y que por eso lo que quería hacer era una gran tragedia contó con todo mi interés. Él es mucho más listo que todo eso.

P. Sus últimos proyectos han sido fuera de Hollywood, trabajando ahora con Jordan o con el director noruego Hans Peter Molland para Beautiful country.

R. Allí no existe el star-system que tanto pesa cuando trabajas en Hollywood, donde todo funciona en torno a las estrellas. Al final no son más que productos empaquetados por la industria de Hollywood que no parecen necesitar ni del escritor. Los guiones se escriben por un comité. O quizá tienen un programa en el ordenador que con tocar una tecla ya te da la próxima historia. Los realizadores que quedan son los primeros en decirte que ya no saben por qué siguen haciendo películas. Es una situación extraña que Neil Jordan conoce porque ha hecho películas de estudio pero por eso ahora prefiere hacer trabajos independientes.

P. Aun así, El buen ladrón no escapa a esa otra moda de Hollywood reflejada en su compañera de reparto, Nutsa Kukhianidze, que no tiene más que 20 años. ¿En qué lugar le deja esta continua búsqueda de sangre joven?

R. Es un problema de la cultura americana en general, que no lleva muy bien el paso del tiempo. De hecho, siempre estamos intentando fingir una juventud eterna, ocultando cualquier muestra de envejecimiento y eso incluye el cine y la televisión. En este medio la gente mayor ha desaparecido, al menos en los grandes estrenos, con una industria que sólo busca hacer negocio y conseguir cuanto más dinero mejor alcanzando a la audiencia más amplia, que ahora parecen ser las chicas entre los ocho y los 21 años. Antes eran los chicos desde los 14 años pero parece que hemos bajado aún más el mínimo común denominador.

P. ¿Qué otros proyectos tiene en preparación?

R. En cuestión de trabajo me va bien, hay varias cosas en las que estoy trabajando, una basada en el libro de Aldous Huxley Genius and goddess y otra de James Ellroy titulada White jazz. En el plano personal, bueno, ya sabes, estoy contemplando la muerte. Es un sentimiento normal cuando has perdido a tus padres y tus abuelos están muertos y sabes que eres el siguiente porque no hay nadie más entremedias. Un pensamiento extraño pero que se ha convertido en mi tema de conversación favorito.

Nick Nolte.
Nick Nolte.ASSOCIATED PRESS
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_