El Betis paga cara su desidia final
Con poco, con lo imprescindible que se le exige o presume a un equipo de la Liga, el Betis pasó por encima al Espanyol de Javier Clemente, que logró empatar de manera inconcebible.
El equipo barcelonés, más que dar la imagen de que estaba aún en la pretemporada, pareció salido de la prehistoria. Clemente se planteó el partido fuera de casa como si jugara en Tercera. Sin rubor alguno, colocó a sus hombres en tres líneas (5-4-1) que, además, a veces se concentraban en tan sólo dos.
Los jugadores espanyolistas se aplicaron en exceso en seguir el mezquino esquema de su entrenador y, por momentos, parecieron de plomo, de futbolín. Vamos, que, por no hacer, ni pegaban patadas. Jordi no jugó absolutamente nada en la banda derecha, Bastia corrió sin sentido y Wome se tuvo que comer las correrías de Varela y Joaquín ante la desidia de Bobson. En el primer tiempo, el Espanyol ni siquiera tiró a puerta una vez.
BETIS 2 - ESPANYOL 2
Betis: Contreras; Varela, Lembo, Juanito, Luis Fernández; Assunção, Arzu (Ito, m. 80); Joaquín, Fernando, Denilson (Ismael, m. 62); y Palermo (Alfonso, m. 69).
Espanyol: Lemmens; Tayfun, Torricelli, Jarque (Raúl Molina, m. 53), Lopo, Wome; Jordi (David García, m. 75), Bastia, Domoraud, Bobson (Alex, m. 49); y Maxi Rodríguez
Goles: 1-0. M. 30. Joaquín, a centro de Assunção. 2-0. M. 38. Palermo. 2-1. M. 68. Raúl Molina, tras error de la defensa. 2-2. M. 90. Lopo.
Árbitro: González Vázquez. Amonestó a Bastia, Wome, Jarque, Tayfun y Lembo. Expulsó por doble amarilla a Joaquín, Fernández y Assunção.
Unos 35.000 espectadores.
El Betis empezó con ganas.Desde la banda izquierda, Luis Fernández y Denilson desbordaron una y otra vez y los verdiblancos tuvieron varias oportunidades en remates de cabeza. Denilson -reaparecía tras varios meses lesionado- se empecinó en bascular al centro y se autoanuló. La acción se pasó a la derecha. Con Bobson de espectador indolente, Varela y Joaquín se lucieron. Los pases se sucedieron y Palermo -¿dónde se fue su carácter?- lo intentó y lo falló casi todo.
En uno de los muchísmos despistes defensivos del Espanyol, Assunção se inventó un fantástico centro que Joaquín empalmó también de manera excelente. El gol parecía que iba a inaugurar una ensalada de tantos, pero el Betis tampoco se esforzó demasiado.
Clemente adelantó la defensa como pírrica reacción al gol y para lo único que sirvió, dado el estatismo incomprensible de sus jugadores, fue para que el Betis usara los pases largos como arma. A veces parecía un entrenamiento. Una fenomenal jugada de Joaquín y un más que meritorio pase de Fernando dejaron solo a Palermo, que únicamente la tuvo que empujar.
En ese momento, el Betis se desconectó, se confió de una manera también difícil de comprender y pasó de ponerle la cara colorada a su ex entrenador, que acabó poniéndosela a ellos.
En la segunda parte, los cambios de Clemente dieron algo más de garra al Espanyol y Raúl Molina logró un gol tras un despiste de la defensa bética que se veía venir. En uno de los episodios más aburridos vistos en un campo de fútbol, el equipo de Clemente empató. Vergüenza del sistema de Clemente, pero también de la actitud sobrada de los béticos, que la pagaron carísimo.
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