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Cientos de personas despiden a Onaindia entre vivas a la libertad

Fernando Savater dice que el político fallecido "era una referencia"

Cientos de personas (entre 2.000 y 3.000) dieron ayer su último adiós en Vitoria a Mario Onaindia, el histórico político y escritor vasco fallecido el domingo de un cáncer intestinal a los 55 años. El emotivo homenaje público que habían promovido sus familiares y amigos se convirtió en un acto de defensa de la libertad. "Mario era una referencia", le recordó el filósofo Fernando Savater, compañero del fallecido en la plataforma ¡Basta Ya!

El cielo amenazó lluvia durante la hora que duró el acto y al final descargó un poco de agua. Sin embargo, nadie se movió de la plaza de España, lugar donde los allegados a Onaindia habían preparado el homenaje cívico. Con una cuidada puesta en escena, sonando por megafonía las canciones del cantautor catalán Lluis Llach que más le gustaban al fallecido y un gran mural que le mostraba con su característica barba y semblante sereno, la celebración discurrió en un ambiente de emoción contenida.

Junto a los amigos, su viuda y sus dos hijos, destacaba una nutrida representación política. La familia socialista estaba casi al completo, con el poratvoz parlamentario Jesús Caldera como máxima representación nacional. El Gobierno vasco envió a su consejero de Transportes, el peneuvista Álvaro Amann. La europarlamentaria Rosa Díez se encargó de las presentaciones y dio paso a Eduardo Uriarte, íntimo amigo y compañero de trayectoria política, condenado como él en el proceso de Burgos.

Uriarte elevó el listón emocional al recordar la pasión por la libertad que sentía Onaindia y los esfuerzos que realizó durante su vida por conseguir una Euskadi más justa y democrática. "Onaindia era un gran patriota, pero, sobre todo, un patriota sin fronteras", dijo. Incidió en una de las ideas sobre las que más trabajó el presidente del PSE alavés: "La patria no es donde nacen las personas, sino el lugar donde se sienten libres". Uriarte finalizó su intervención con sendos "vivas" a Onaindía y a la libertad contestados por muchos de los presentes.

Savater subió al escenario para recordar algunos rasgos de su personalidad. Según Savater, "Mario era una referencia, una persona con una capacidad de diagnóstico extraordinaria". La experiencia y el estudio habían hecho de él un ejemplo a seguir.

El cáncer "consiguió lo que ni Franco ni ETA habían conseguido", afirmó el escritor Jorge Martínez Reverte, otro de los intervinientes en el acto.

El acto fue la prolongación del entierro que se desarrolló durante la mañana en la más absoluta intimidad. Los restos mortales de Onaindia recibieron sepultura en el cementerio de El Salvador, en las afueras de la capital alavesa. Al acto asistieron los familiares y amigos más cercanos, entre los que se encontraban antiguos compañeros de Onaindia en la extinta Euskadiko Ezkerra y viejos camaradas de la lucha antifranquista.

Por expreso deseo de la familia, el secretario general de los socialistas alaveses, Javier Rojo, pronunció unas palabras en las que ensalzó la humanidad del fallecido y su lucha incansable por la libertad y la democracia en Euskadi. "Onaindia seguirá siendo un referente con su memoria y ejemplo", aseguró Rojo muy emocionado.

Esozi Leturiondo, la viuda de Onaindia, a la izquierda con su hijo Jon en un momento del acto de ayer en Vitoria. A la derecha, Eduardo Uriarte, y junto a ellos, varios dirigentes socialistas.
Esozi Leturiondo, la viuda de Onaindia, a la izquierda con su hijo Jon en un momento del acto de ayer en Vitoria. A la derecha, Eduardo Uriarte, y junto a ellos, varios dirigentes socialistas.PRADIP J. PHANSE

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