En Roquetas el medio ambiente no interesa
Llega el verano en Aguadulce y con él comienzan a observarse con más nitidez las graves deficiencias que tenemos en nuestro pueblo.
Como todos los años, la Consejería de Salud realiza análisis de las aguas de baño de la costa andaluza y, para nuestra vergüenza, declara que todas se encuentran en perfectas condiciones excepto las aguas de las playas de Aguadulce y La Ventilla por observarse sólidos humanos flotantes debido, principalmente, a que a pesar de que todos los años el señor alcalde, Gabriel Amat, se compromete a solucionar el problema, todavía Aguadulce y parte de Roquetas sigue vertiendo directamente al mar sus aguas fecales sin ningún tipo de tratamiento.
Seguir utilizando el mar como cloaca es una actitud que dice muy poco de nuestros gobernantes y más cuando por ley se tenían que depurar desde hace ya varios años. Lo que también es grave es la actitud de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, organismo encargado de controlar los vertidos al mar y que haciendo un ejercicio de dejación de funciones mira para otro sitio no impidiendo que tales prácticas se sigan produciendo.
Es imperdonable que nuestros impuestos se gasten en actuaciones superfluas, como puede ser la pretendida construcción de un puerto deportivo para yates de lujo, la plaza de toros incluido el toro millonario (vigilado por una persona día y noche), las palmeras y farolas suntuosas, y, sin embargo, no se solucione el problema de bañarnos en nuestra propia suciedad.
La no-depuración de aguas residuales no constituye un hecho aislado de incumplimiento en la materia, llegando a la conclusión que en Roquetas, preocupados por otros asuntos, el medio ambiente no interesa. Un ejemplo: estos día atrás, debido al temporal, las playas de Roquetas,
se encontraban repletas de restos arrojados por el mar (maderas, botellas, algas); pues bien, pasaron las máquinas del Ayuntamiento haciendo montones con toda la suciedad y, posteriormente, fueron arrojadas cerca de la playa, creando un vertedero ilegal (antiguo cuartel de la Guardia Civil, cerca de las salinas), lo que provoca gran proliferación de moscas y mosquitos que en el verano no nos dejan vivir. El Ayuntamiento debería ser el primero en cumplir las leyes y realizar los vertidos en vertederos controlados.
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