Rato se compromete a volcarse con el heredero
Lo primero que hizo Rodrigo Rato ayer, nada más salir a mediodía de La Moncloa, donde José María Aznar había comunicado que Mariano Rajoy será el sucesor, fue llamar por teléfono a su gente más próxima para decirles que "todos" tienen que estar "como una piña" para "llevar a Mariano a La Moncloa".
El mensaje del vicepresidente segundo fue, más o menos, el siguiente: "Tenemos que volcarnos con Mariano, ahora hay que trabajar más que nunca que las elecciones no se ganan solas". Este mismo lunes, Rato se reunirá con el equipo económico del grupo parlamentario para organizar el trimestre. Por ejemplo, el debate de Presupuestos será el 28 de octubre. Es decir, sólo dos días después de las elecciones de la Comunidad de Madrid que el PP, con Rajoy ahora como líder entrante, quiere ganar para que Esperanza Aguirre sea la nueva presidenta madrileña.
Para despejar cualquier duda, Rato hizo unas declaraciones a las agencias en las que se definió como "muy contento" por la decisión de Aznar y destacó que le respaldará "totalmente". Rato, como después más de una docena de dirigentes del PP consultados por este periódico, calificó a Rajoy con estos elogios: "Mariano es una persona querida por todos, un magnífico candidato y un magnífico gobernante".
Un dirigente del PP que ha hecho prácticamente toda su carrera con el vicepresidente económico lo contaba ayer de esta forma: "A mí me hubiera gustado más Rodrigo, pero Mariano también garantiza la continuidad. No es una apuesta exótica, sino con la que todo el mundo se puede sentir cómodo". Otro cargo popular afín a Rato apostilla: "Es verdad que hay muy poca gente en el partido que se defina como del entorno de Rajoy, pero eso también es una ventaja, no somos ninguno de Mariano, pero podemos serlo todos porque es un hombre del partido y es un líder sólido". Además, al no tener un grupo a favor, tampoco tiene gente en contra.
Falta por ver qué hará Rato después de las elecciones si el PP gana. Hace unos meses, Rato aseguró que tanto él como Rajoy podían ser, indistintamente, número uno y número dos, al menos, hasta que el proyecto eche a andar, es decir, al menos hasta el congreso del PP de 2005.
