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Reportaje:

Pop de ida y vuelta

Vivian Mulder, cantante de raíces gaditanas, lanza su primer disco en Estados Unidos

Hija de un programador informático y de la profesora jerezana de la Universidad de Villanova Mercedes Juliá -una de las máximas autoridades en la obra de Juan Ramón Jiménez-, Vivian Mulder (Chicago, EE UU, 1978) creció rodeada de libros y música. Muy pronto comenzó a participar en coros escolares y a recibir clases de guitarra folk y blues.

"Siempre me decía que cuando acabara la universidad me metería profundamente en el mundo de la música, y mi sueño era grabar un disco", recuerda Mulder. Ese sueño se hizo realidad, y el resultado es The loss of me, un álbum que acaba de ver la luz en el sello Tranquila Records.

En su adolescencia Mulder cultivó la poesía y las artes plásticas, hasta que la música se reveló como el vehículo idóneo para transmitir sus emociones. "A los 14 años, como todos, sentía que tenía mucho que contar. Hice mi primer canción, me dije: no está mal, y me propuse perfeccionar mi escritura", afirma. Cat Stevens, Radiohead y Portishead figuran entre sus artistas más admirados, donde tampoco faltan Björk y Silvio Rodríguez.

No obstante, una de las experiencias que marcó de un modo decisivo la formación de Vivian Mulder fue el año 1999 que pasó en Cádiz completando sus estudios de Humanidades. "Junto a la salida del disco, es lo mejor que me ha pasado en la vida", asegura la cantante, quien incluye en los agradecimientos del álbum una dedicatoria: "A mi gente de Caí".

"Me lo pasé estupendamente y me empapé de música española, fui como una esponja. Disfruto con grupos como El Barrio, Retama, Niña Pastori... pero quiero conocer mucho más", añade. Cuando se trata de reconocer las pistas de raíz española en su música, Vivian Mulder vacila un instante. Luego responde sin dudas: "Creo que se nota sobre todo en los ritmos, que no son los tradicionales de los Estados Unidos, se salen del compás que estamos habituados a oír allí. Y eso se lo debo a mis experiencias con el flamenco", comenta. El gusto por la tierra de sus antepasados maternos le anima incluso a deslizar alguna letra en castellano dentro de su repertorio. "Pero canto muy poquito en español y no me atrevo aún a ir más allá. Además, estoy muy orgullosa de mis textos en inglés, los he trabajado mucho y no quiero bajarme ese listón. Aunque si alguien escribiera para mí, no tendría inconveniente en interpretar sus canciones".

Para la grabación de The loss of me, Vivian Mulder hubo de ahorrar mucho y foguearse en locales de pequeño formato antes de pasar un año y medio en los estudios Gold Room de Filadelfia, ciudad en la que reside actualmente. Contó con la proverbial asistencia de los productores Barrie Maguire y Jeff Booth y un sobresaliente plantel de músicos acompañantes.

"Uno de los productores quería que grabáramos unas palmas flamencas, pero al final me negué. Sabía que no sería auténtico, por mucho que me aseguraran que iban a ser exactamente igual que las españolas. Tengo demasiado respeto por todo ese mundo", apostilla Mulder.

Devota del pescado frito, el gazpacho y los pimientos asados, amante de la playa gaditana y el casco antiguo, Vivian Mulder regresó este verano a Cádiz como una promesa del pop norteamericano.

Hizo entrevistas, cantó en programas de radio y televisión locales y contactó con casas discográficas y agencias de contratación, ya que por el momento The loss of me sólo puede ser adquirido en Estados Unidos o a través de su página web. Ahora sus metas son claras: "La próxima vez volveré a España con mi banda. Me encantaría tocar en el Espárrago Rock", concluye la cantante de ida y vuelta, aunque el regreso sea a la segunda generación.

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