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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Terremoto cultural en Salamanca

El alcalde de la ciudad de Salamanca, don Julián Lanzarote, ha decidido acabar con las dos fundaciones culturales que gestionaron con unos resultados excepcionales la Capitalidad Europea durante 2002. Durante el citado año, dicha programación alcanzó una categoría y unos niveles de participación ciudadana nunca disfrutados anteriormente. Un balance impensable sin el esfuerzo y el sacrificio de los trabajadores de las dos fundaciones, que, sin previo aviso, ven premiado su trabajo con un despido improcedente, producto de una "decisión personalísima", en palabras del alcalde del Partido Popular. Unos trabajadores que fueron sacados a la fuerza de sus puestos, obligados a firmar cartas de despido y cacheados a la puerta de los edificios en los que desarrollaban su labor.

Como consecuencia de una actuación autoritaria y antidemocrática, el señor Lanzarote es responsable directo de la situación de indefinición en que se encuentra la cultura en la ciudad, ya que todos los contenedores culturales afectados, como el Centro de Arte de Salamanca (Casa) o el Teatro Liceo, están actualmente sin equipo directivo ni técnicos que desarrollen su gestión.

Cabe preguntarse si con esta decisión el alcalde no pretende dar un giro conservador y localista, tan del gusto popular, a la programación cultural de la ciudad. Si la disolución del modelo de gestión anterior no propiciará un retorno a propuestas culturales alejadas de las tendencias actuales, más propias de una ciudad de provincias que de una ciudad como Salamanca, que presume de culta ignorando que esa cultura es la que se construye hoy, la que aborda nuestros problemas, deseos y aspiraciones, y lo hace con un lenguaje actual. Una cultura contemporánea que, a diferencia de aquella que defiende el alcalde, no es excluyente, sino que convive perfectamente con la tradicional, dotándose de sentido y alimentándose mutuamente. Con su decisión, el señor Lanzarote y el Partido Popular interrumpen un modelo de desarrollo cultural que había otorgado a la ciudad un prestigio y una proyección internacionales.

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