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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Los efectos de la ola de calor

Sorprendente y refrescante noticia es la dimisión del director general de salud francés, Lucien Abenhaim, que contrasta con la ola de calor que sacude no sólo a Francia, sino también a toda España. Parece ser que la ola de calor en ese país ha provocado, directa o indirectamente la muerte de 10.000 ciudadanos franceses, y la epidemia asociada a dicha ola de calor no fue suficientemente advertida por las autoridades sanitarias, dando lugar a un colapso de los servicios de urgencias.

Como médico de un servicio de urgencias de un gran hospital céntrico de la ciudad de Barcelona -Hospital Clínic-, me parece sorprendente y muy preocupante que este tipo de situaciones no sean reflejadas de la misma manera en nuestro país. Es evidente que la ola de calor también nos ha afectado a nosotros. Los servicios de Urgencias han estado y están abarrotados, colapsados -hasta con 8-10 horas de espera para una visita- durante todos estos días, y los Servicios Funerarios de la ciudad no dan de sí para cubrir las defunciones que estos días se están dando en la ciudad de Barcelona -basta con mirar las páginas necrológicas de los periódicos-. Pero parece que en este país la tolerancia al calor debe ser más buena que en Francia para las autoridades y responsables de la sanidad pública. A pesar del colapso de las salas de urgencias, que nos hace trabajar bajo una presión que es digna de cálculo, y de las defunciones de estos días, las autoridades sanitarias de nuestro medio todavía deben estar de vacaciones, refrescándose o haciendo ecuaciones de tercer grado para calcular qué se considera un "colapso" numérico en un servicio de urgencias, mirando atentamente en el diccionario la definición de defunción, o consultando las tablas de conversión de grados centígrados a Fahrenheit.

En España no se ha declarado la cifra de 10.000 muertes por la ola de calor. Tampoco se ha dicho que el servicio de urgencias del hospital donde trabajo ha estado abarrotado, colapsado, lleno de pacientes esperando a ser visitados durante horas y horas, que hemos estado trabajando hasta 24 horas seguidas -en algún momento sin aire acondicionado- aunque curiosamente los servicios funerarios no dan más de sí para cubrir las numerosas defunciones de estos días.

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Sería saludable para todos que la tolerancia al calor que tienen los franceses la tuviéramos nosotros. Pero Francia todavía queda muy lejos.

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