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Crítica:FERIA DE BILBAO | LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Fue como si se cantara un gol

Después de un seco silencio, entró a matar César Jiménez al sexto de la tarde. Nada más entrar la espada por las péndolas del toro, se oyó un clamor unánime tal -un chasquido-, y fue como si se cantara un gol en San Mamés. Enfervorizadamente, el público pidió las dos orejas deletreando: ¡O-t-r-a, o-t-r-a, o-t-r-a!

El presidente tomó la decisión de otorgarle una y no concederle la otra. A cambio recibió una bronca monumental. La historia de la lidia de ese toro empezó con un quite por chicuelinas. La faena la inició el diestro con un pase cambiado muy ajustado. Toreó por derechazos. A la primera serie le faltó más redondeo. Luego dio dos tandas de naturales densos, girando la cintura con buen compás. Seguido vinieron los derechazos donde había bastante pico, y fueron rematados con un ajustado pase de pecho. Culminó la parte más enjundiosa con dos naturales muy metidos y de alta escuela. A continuación tiró por el toreo más cómodo, dándole tres circulares. Y para remate se hincó de rodillas, pasándole al toro por alto, y como coda final hizo un desplante tirando la muleta y la espada de madera antes de entrar a matar fuera de sí. Obviamente, ese desplante para el público fue el desiderátum. Y luego acaeció lo ya dicho: el silencio sepulcral, el gran espadazo, el gol y la petición exaltada de los dos apéndices.

Torrealta / Ponce, El Juli, Jiménez

Toros de Torrealta, buena presentación, poca fuerza y poca calidad; el 6º, noble; debieron devolverse el primero y alguno más. Enrique Ponce: estocada caída (gran ovación); pinchazo y estocada caída -aviso- y cae el toro (palmas). El Juli: media estocada (leve petición); pinchazo y estocada trasera (pitos). César Jiménez: pinchazo hondo y descabello (gran ovación); estocada (oreja y petición de otra). Plaza de Vista Alegre, 21 de agosto, 6ª de feria. Lleno.

Más información
Triunfo en voz baja

A lo indicado hay que añadir que en su primero, tercero de la tarde, César Jiménez, luego de dos pares inmensos de banderillas de su subalterno El Chano, inició la faena con pases de rodillas, toreando por derechazos de excelente factura, con un remate de pecho muy bueno. La faena posterior de ese toro tuvo fases de calidad por ambas manos, aunque si bien paró y templó con pulcritud, no llegó a mandar con la rotundidad precisa.

Se puede argumentar que el fervor aclamatorio del respetable pidiendo las orejas del sexto podía servir también como castigo (digamos) hacia Enrique Ponce y El Juli, compañeros de terna. Estas dos máximas figuras del toreo posmoderno practicaron ayer un toreo de agua fría. Semejaban un par de peregrinos que hubieran extraviado una parte del camino. Tal vez dejaron en el aire de Vista Alegre la imagen de figuras de una época blanda que insuflan a sus faenas recetas consabidas de condimentos recalentados.

La decisión del presidente de la plaza no concediendo la segunda oreja dará mucho que hablar. El sí y el no caben en la sutilidad de un comprimido de aspirina.

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