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Las autoridades intentan contener la ira de los vecinos

Los responsables de la investigación del asesinato de Sonia Carabantes han pedido a las autoridades locales y al entorno familiar de la fallecida que intenten abortar cualquier tipo de rumores sobre la identidad que pudieran tener los agresores u otro tema relacionado con el suceso.

Los sentimientos acumulados durante los seis días de búsqueda y los datos -en muchas ocasiones exagerados y en otras más, carentes totalmente de veracidad- que se van conociendo sobre cómo fue asesinada Sonia Carabantes han alimentado la rabia entre entre los habitantes de Coín. En estos momentos, se podría decir que las autoridades y la Guardia Civil temen más lo que pueda hacer la cólera de los vecinos que fallar a la hora de atrapar a los responsables del crimen.

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Hace unos días, el director del Instituto Licinio de la Fuente, Manuel Olea, alertaba ya de la actitud de varios de sus alumnos y compañeros de la fallecida que prácticamente estaban dispuestos a linchar al primero al que alguien apuntara como culpable.

Los rumores sobre los chicos que habían tenido relaciones sentimentales con la ahora fallecida también corrieron. Las comparaciones con casos similares e incluso el uso de pitonisos han hecho que muchos crean conocer qué y cómo pasó todo y, lo más peligroso y potencialmente explosivo, quién lo hizo.

Así, ayer se sucedían los comentarios sobre la culpabilidad de tres jóvenes de la localidad. Algunos vecinos llegaron incluso a ofrecérsela a los medios de comunicación, convencidos como estaban de que sus acusaciones eran ciertas.

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Momentos emotivos

La Guardia Civil intenta rebajar esta tensión ya que los momentos más emotivos están por venir. Está previsto que hoy se traslade el cuerpo de Sonia Carabantes desde el Parque Cementerio de Málaga a Coín. Una vez llegado el cadáver, está previsto instalar la capilla ardiente en la iglesia de San Juan, en donde también se augura la afluencia masiva de vecinos, así como al entierro, que podría tener lugar en la tarde de hoy o la mañana del sábado.

Otro momento delicado para los guardias civiles y los policía locales será el momento de las detenciones o, más concretamente, la llegada de los sospechosos al cuartelillo situado en la carretera a Mijas. Algunas fuentes aseguraban ayer que se mantendrán las entrevistas con personas del pueblo pero que los detenidos, cuando los hubiere, podrían incluso ser trasladados a otros cuarteles de la Guardia Civil en la zona o a la Comandancia de Málaga. Porque desde hace dos días decenas de periodistas hacen guardia frente al citado cuartel de Coín con la compañía cada vez más numerosa de vecinos con caras largas.

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