Un tribunal islámico de Nigeria conmuta la pena de lapidación a un violador
El tribunal islámico de Dutse (Jigawa, Estado norteño de Nigeria), que vio ayer la apelación del hombre sentenciado en mayo de 2002 a morir lapidado por haber violado a una niña de 9 años, decidió conmutar la pena por el ingreso en un psiquiátrico de la ciudad de Kazaure (Jigawa). El tribunal aceptó el informe psiquiátrico y las declaraciones de los testigos que presentó la defensa aduciendo que el convicto padece problemas de salud mental.
Had Sarimu Ado Mohammed Baranda, de 55 años, campesino y granjero, se reconoció culpable de la violación ante el tribunal islámico que le juzgó en Dutse el pasado año, sin haber sido asistido por abogados en aquel momento. En la vista de apelación, el tribunal decidió no dar por válida aquella confesión "por estar convencidos" los jueces de que el hombre no está en plenas facultades psíquicas y "una confesión de un hombre enfermo no es válida", dijeron.
Ingreso en el psiquiátrico
El gobernador del Estado de Jigawa tramitará su ingreso en el psiquiátrico. "Soy feliz de haberme librado de la ejecución", dijo Sarimu a la salida de la vista en dialecto Hausa, propio de la remota zona rural en la que vive. "Ruego a Dios que me cure pronto. Quiero volver a casa y ocuparme de la granja, que es lo único que conozco", añadió.
La familia de la niña violada no entró en la sala, mostrándose desinteresada por el resultado que de ella saliera. "No me preocupa si Sarimu es condenado o no, porque el resultado no reparará el daño cometido. Mi hija ha sido deshonrada y la familia vivirá con esta vergüenza para siempre", afirmó la madre.
Desde 1999, año en que Nigeria pasó, por primera vez desde que se independizó del Reino Unido en 1960, de un régimen militar a un Gobierno federal con presidente electo y a regirse por una constitución, los doce Estados norteños de mayoría musulmana convirtieron la sharía o ley islámica en código penal, aplicando la pena de muerte por lapidación para casos que en el resto de los Estados son juzgados por la vía civil, como son las relaciones extramatrimoniales.
En la actualidad permanecen pendientes de apelación cuatro condenados a lapidación por "adulterio". Amina Lawal, de 31 años y madre de una niña de dos años, cuya vista está prevista para el próximo día 27; la pareja de amantes, Fátima Usman y Ahmadu Ibrahim, y Rafin Chiyawa, campesino de 35 años.
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