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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

La música olvidada suena en Torroella en memoria de Ernest Lluch

El Concierto Español recupera patrimonio musical español en recuerdo del ex ministro socialista asesinado por ETA

En el concierto pudieron escucharse músicas que ni los más optimistas creían que volverían a sonar jamás

El otro punto por donde la sesión conectaba con Lluch era por el programa que se escogió. Uno de sus principales trabajos como historiador fue La Cataluña vencida del siglo XVIII. Luces y sombras de la Ilustración. El periodo 1705-1711 en que el archiduque Carlos de Austria, aspirante al trono español, estableció su corte en Barcelona era uno de los que Lluch conocía con mayor detalle, y el concierto centraba su programa precisamente en las músicas de este periodo y en las de aquellos autores catalanes que, como consecuencia de la guerra, desarrollaron su labor lejos de Cataluña. Era, en resumen, un concierto que parecía diseñado por Lluch y del que probablemente se habría sentido orgulloso.

Los resultados artísticos superaron ampliamente las expectativas. El Concierto Español, una formación relativamente reciente fundada y dirigida, sin embargo, por un músico de grande y amplia experiencia, el violinista Emilio Moreno, respondió al encargo a un nivel muy alto, y la soprano María Luz Álvarez, especializada en estos menesteres, resolvió las partes vocales con total suficiencia.

El tocar de Emilio Moreno era un tocar minucioso que, sin perder de vista la línea general de la frase musical y su direccionalidad fundamental, la llenaba de sutiles acentuaciones y énfasis internos que hacían la música ligera, expresiva y cantante. Desde su posición de concertino, este tocar, totalmente pertinente desde un punto de vista estilístico, se transmitía con absoluta claridad y eficacia a toda la cuerda y otorgaba unidad y personalidad musical al conjunto.

Gracias a la labor de recuperación de musicólogos como Josep Dolcet o Carlos Martínez, protagonistas también, pero en la sombra, del concierto, pudieron volver a escucharse músicas que ni los más optimistas creían, hace apenas unos años, que volvieran a sonar jamás. Los objetivos de Lluch se van cumpliendo.

También se escucharon obras de Händel, en concreto partes instrumentales del Te Deum que compuso para la Paz de Utrecht, que puso fin a la Guerra de Sucesión; obras de Johann Joseph Fux (1660-1741), uno de los compositores preferidos por el archiduque, y ocuparon lugar importante los cantos de Il più bel nome un Componimento da camera, creado por Antonio Caldara (1670-1736), "nel festeggiarsi il Nome Felicissimo da Sua Maesta Catolica Elisabetha Cristina Regina della Spagna", en referencia a la esposa del archiduque Carlos, Elisabeth de Brunswich Wolfenbüttel, una señora de apellido impresionante de la que hoy sólo queda la música, hermosa música, que le hicieron para el día de su santo.

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