Ronaldinho ya sabe a qué atenerse en España
Acompañado de su exagerada sonrisa de conejo de la suerte, Ronaldinho ya sabe a qué atenerse en España. Debutó el sábado en Elche y hubo de encararse primero con Otero y más tarde con Tasevski, dos defensas duros y experimentados que trataron de robarle el tiempo y el espacio. Pero el brasileño dribló, pasó y chutó de esa manera mágica y generosa que provoca el entusiasmo del público. El del Martínez Valero, entregado, gozó muchísimo.
Tocaba Ronaldinho la pelota y el campo se llenaba de flashes. Aunque anteanoche se topara con el portero Dani Mallo, muy inspirado. Y con una legión de defensores dispuestos a pararlo. Otro rival fue un césped deplorable. Todo ello llevó al empate sin goles y a los penaltis, en los que venció el Barça. El partido fue una fiesta. Muy bien defendida por el Elche, que también presentó a su Ronaldinho de bolsillo, el argentino Zárate.
ELCHE 0 - BARCELONA 0
Elche: Dani Mallo; Otero, Benja, Raúl Pérez, Tasevski; José Manuel (Velasco, m. 52), Montoya, Kiko Torres (Darmon, m. 68), Granero (Raúl Ivars, m. 83); Zárate (Juan Carlos, m. 63); y Nino (Moisés, m. 52).
Barcelona: Rustu (Víctor Valdés, m. 46); Puyol, Márquez, Reiziger (Ros, m. 49), Óscar López (Mario, m. 46); Xavi, Gerard; Overmars (David Sánchez, m. 87), Ronaldinho; Kluivert y Saviola.
Árbitro: Piqueras.
Unos 30.000 aficionados en el estadio Martínez Valero, el pasado sábado, en el Trofeo Festa d'Elx. El Barcelona lo ganó en los penaltis. De los azulgrana, marcaron Xavi, Ronaldinho y Saviola y falló Márquez, pero en los franjiverdes fallaron Moisés, Curro y Darmon.
El Barça domó el cuero mientras tuvo reservas físicas. Después ya no. El Elche, que había estado agazapado, descubrió desajustes defensivos en su adversario. No por parte de Márquez, muy recio al corte. Lo mismo que el meta Rustu, sobrio en un mano a mano con Nino. Otro debutante, el central Mario, salvó un gol cantado de Zárate con una entrada de karateka.
Cansado de buscarse la vida por las bandas, Ronaldinho quiso penetrar por el centro, a golpe de su prodigioso regate. Pero ahí no fueron dos, sino cinco, los defensores que le taparon por las buenas o las malas. Fue el único que supo imaginar las jugadas y elevarlas a la categoría de reales. Sus pases fueron certeros en varias ocasiones hacia Saviola. Pero el argentino, el jugador más resolutivo del Barça en la pretemporada, tampoco encontró portería. Y Kluivert prosiguió con su atonía desperdiciando dos buenas ocasiones.
El Barça volvió a constatar que el 5-0 logrado ante el Derry en Irlanda del Norte fue un accidente. La normalidad es la apatía goleadora. Y ése el problema que debe resolver.
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