Un mar de amistades

En agosto el periodista y escritor Fernando Delgado trabaja "lo imprescindible" y se dedica especialmente a descansar y a cultivar sus amistades abriendo su casa de par en par, transformándose de esta manera en un generoso anfitrión, sobre todo, en este mes: "En agosto me gusta divertirme en compañía porque el resto del año lo hago solo al tener que trabajar todos los fines de semana, mientras la mayoría se divierte", explica el director y presentador de A vivir que son dos días, que se emite los sábados y domingos en la cadena SER.

Por eso su casa, ubicada en un pueblecito del litoral valenciano, se transfigura en agosto, con el discurrir de un caudal de amistades para las que Fernando Delgado improvisa excursiones de todo tipo: un arroz a banda en el Grao, un recorrido histórico por la amurallada ciudad de Morella, un paseo en barca por la Alfubera... También invierte mucho tiempo en cuidar su jardín y sus perros.

Por otra parte, se confiesa reacio tanto a los grandes viajes, como a pisar aeropuertos en agosto, a los que califica de "lugares inhóspitos" y harto frecuentes para el periodista el resto del año por atender al trabajo y a conferencias, aunque este mes de agosto hará una excepción por amistad: una amiga celebra su 50º aniversario en Gran Canaria y ha organizado una gran fiesta que supone un reencuentro. "Me hace mucha ilusión acudir porque veré cumplido el gran sueño de bañarme en la playa de Las Canteras, alojado en un hotel en el que siempre quise estar, pero que todavía no he visitado, primero porque era joven y no tenía dinero, y luego, por tiempo", resume el tinerfeño ganador del Premio Planeta, conforme y feliz con sus vacaciones siempre sencillas. "Como le pido poco a mis meses de agosto no recuerdo ninguno de manera excepcional porque de todos albergo un buen recuerdo", a excepción de uno señalado en un su memoria por amargo: el agosto en que falleció su madre hace ahora 30 años.

"Me gusta el mar, desde la orilla en la playa y llego a aproximaciones de felicidad muy profundas sólo y gracias a esto", rememora Fernando Delgado, de sus meses de vacaciones y asueto. Lo que alguna vez le ha producido frustración es trabajar en agosto. "Para mí es sin duda el peor momento ya que para escribir necesito soledad, precisamente lo que no tengo este mes", y añade que

"es frustrante trabajar en agosto para conseguir pésimos resultados y experimentar al fin de mes la sensación de someterse al examen final". De ahí que este mes de agosto se haya propuesto en firme trabajar "lo mínimo posible". Su índice de lectura tampoco experimenta altibajos en agosto y opina que cuando la lectura es un hábito, se ejercita independientemente de la época del año, sin fluctuar al alza en agosto, como a veces se piensa.

Este mes no descarta tampoco viajar a Mallorca, convidado por una amiga. Y es que al buen anfitrión le devuelven las invitaciones en agosto: un mes de playa y encuentros, o un mar de amistades, a orillas del mar.