Trama urbanística en Castilblanco
Y aquel señor libidinoso bebió un sorbo de Cardhu con hielo y afirmó categóricamente: Castilblanco ha crecido menos que Burguillos.
Inmediatamente, pensé en el partido al que están vinculados sus amigos y en sus intereses urbanísticos. Todos merodean por alguna urbanización castilblanqueña, llevan a gala apellidos "ilustres" y su deseo es buscar la protección de algunos políticos para sacar tajada de la fiebre urbanística.
Cuando los veo sentados en los chiringuitos de estas urbanizaciones recuerdo a los lobos que antaño bajaban de Sierra Morena para devorar a las ovejas de los pastores castilblanqueños y alimentarse de ellas. También recuerdo la tradición de los bandoleros que robaban a los viajeros que iban camino de Madrid.
Sin embargo, me pareció una comparación insultante para este bello animal y para la tradición de los bandoleros en una España pobre de monarcas corruptos y extranjeros.
Lo cierto es que las urbanizadoras han plantado su pica en Burguillos -a 11 kilómetros de Castilblanco- y no en Flandes. Y que desafían el desarrollo para nuestro pueblo, y no para los especuladores, que el Ayuntamiento ha conseguido con la mayoría de los constructores de la localidad, los cuales tienen contratados a todos los albañiles, sin olvidarnos del cooperativismo amplio y diverso, el autoempleo y todo lo relacionado con el turismo rural que tiene su lugar en Castilblanco.
Espero que cuando mis hijas sean adultas no tenga que contarles que finalmente las hienas sedientas de sangre y poder y bendecidas por su clérigo devoraron a los cachorros del Rey León.
Si perseguimos la ola más grande para subirnos a su cresta podemos perder de vista la costa y dejarnos llevar por la resaca de un mar hermoso pero traicionero. Y esta resaca es mucho peor que la de una botella de Whisky Cardhu.
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