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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Una nueva generación de 'indisciplinados' cruza por los territorios del arte

El Marco, de Vigo, expone medio centenar de obras de una treintena de artistas que experimentan con las artes visuales y el diseño hasta conseguir piezas llenas de inteligencia y humor.

Arte, diseño y arquitectura se contaminan y fusionan en la obra de una nueva generación de artistas y diseñadores españoles que el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (Marco) ha reunido en una exposición colectiva, Indisciplinados.La posición del arte en las fronteras del

diseño, que precisamente enfatiza en la ausencia de códigos y normas en la configuración de su lenguaje creativo, asentado en las fronteras de esas disciplinas antes bien delimitadas. En total, medio centenar de obras de una treintena de artistas (Anleo, Jack, El Perro, Ruiz de Azúa, Hernández-Díez, Congost, Framis, Aláez, Plensa, Del Castillo) que podrá visitarse en el Marco (rúa del Príncipe, 54, www.marcovigo.com) hasta el 19 de octubre.

Lo esencial es el viaje, afirma la comisaria de la exposición, Nuria Gual Solé, y "para alcanzar nuestro objetivo se precisa el alma de un nómada, que es capaz de poner en el equipaje sólo aquello que, además de imprescindible, se pueda cargar durante todo el trayecto". No obstante, tampoco es suficiente esta liviandad de equipaje. También se reclama "una inteligencia azuzada, altas dosis de curiosidad y un corazón dispuesto" para penetrar en el sentido de esta exposición, que puede resultar un viaje estéril si se interpreta en términos de pasado-futuro, de raíces, de causa-efecto. El humor, por el contrario, será un instrumento con mayores garantías de aproximación.

El conjunto de las obras expuestas surge del descrédito en que han caído las promesas de un futuro mejor que empezaron a formularse en el siglo XIX. A día de hoy ninguno de los valores que acompañaban esas promesas se sostiene, por lo que "debemos seguir adelante sin plantearnos si estamos ante una obra de arte o ante un subgénero cultural: las catalogaciones han dejado de ser significantes", sentencia la comisaria. Incluso los propios artistas son inconscientes de su condición de indisciplinados, precisamente por su indiferencia o desinterés en ceñirse a códigos o normas de ningún tipo.

Lo que se ofrece, en consecuencia, es un territorio de experimentación creativa, con mezcla de tecnologías y lenguajes que se materializan en fotografías, esculturas, instalaciones, videoproyecciones, DVD, net-art, en obras que "ya no son objetos de contemplación estética, sino agitadores de creación" sin género ni especie que los catalogue o enmarque y que extienden su reflexión a temas y cuestiones hasta ahora propios de otras disciplinas como la sociología, la psicología, el urbanismo, el marketing o la moda.

La exposición se articula con entradas y salidas múltiples que, por un lado, certifican la autonomía de cada referente y, a su vez, su posible relación con los demás, de manera que el visitante pueda desarrollar su propia concepción sobre lo que se le presenta y establecer sus propias líneas de fuga a partir de cinco agrupamientos conceptuales: los códigos o su lejanía con respecto a los significados que los fundamentan; los escenarios, con hábitats alternativos o espacios utópicos que, sin embargo, aparecen como una realidad aplastante; el simulacro, como componente omnipresente de la realidad, y la inocencia, en fin, que apuesta por recuperar "la primera mirada, sorprendida, donde el juego y la alegría son esenciales".

La instalación <i>Cortejo</i> (2002), de Naia del Castillo (Colección Ordóñez-Falcó).
La instalación Cortejo (2002), de Naia del Castillo (Colección Ordóñez-Falcó).

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