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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Una bacanal informática

La séptima edición de la Campus Party reúne en Valencia a 4.000 participantes llegados de todos los puntos del territorio con la única intención de "quedarse pegados al ordenador".

4000 internautas, cuyas edades oscilan entre los 10 y los 50 años, estarán reunidos hasta el próximo domingo en las instalaciones del Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia para aprovecharse de un ancho de banda de 622 MB y más de 10 kilómetros de fibra óptica que la organización de la séptima edición de la Campus Party pone a su alcance. Una oferta de medios que permite a los usuarios de la Red participar en una bacanal informática infinita. La oferta de este año ha sido tan atractiva que se ha batido el récord de asistencia de las anteriores ediciones y más de mil aspirantes han visto cómo su acceso a la red les era denegado después de permanecer en lista de espera durante días. De hecho, las plazas ofertadas se cubrieron en menos de una semana cuando se abrió la ventanilla hace cinco meses.

Disponer de la acreditación que daba vía libre para acceder a las instalaciones del Museo Príncipe Felipe se celebraba como una victoria individual: "La he conseguido", exclamaban los poseedores de tan preciado documento. Un pasaporte que les permitía moverse por dentro del recinto que alberga la mayor fiesta informática del planeta. Cargados con carros de la compra llenos de CPU, pantallas, cables, sacos de dormir y muñequitos, los asistentes a la Campus se encontraron con decenas de mesas vacías en las que instalar sus ordenadores e iniciar, al fin, un diálogo cibernético que iba desde sus compañeros en el recinto museístico valenciano hasta los rincones más alejados del planeta.

Las intenciones de los participantes en este Campus Party, que fue inaugurado en la madrugada del pasado lunes por el consejero de Educación y Cultura valenciano, Esteban González Pons, van desde quienes, como José Manuel Fernández, de 19 años, sólo pretenden "conocer a la gente con la que has entablado amistad vía Internet" a aquellos que con el pretexto de hacerse copias de seguridad aprovechan para piratear películas acabadas de estrenar como La última llamada o bajarse las últimas novedades musicales o las versiones más recientes de video-juegos. La mayoría, sin embargo, no tiene vocación de corsarios de la Red y sí de jugadores. Enrique Alcor, Adrián Chacón y José Aragón, que han llegado desde Barcelona, Madrid o Andalucía, acaban de conocerse y sólo pretenden pasarse los seis días jugando a tope, "aunque queden pocas horas para dormir". A la postre, como ellos mismos subrayan, "es muy difícil conseguir plaza como para no aprovechar al máximo estos días".

La fiesta de estos locos por la informática también les facilita el aprendizaje en diversos talleres entre los que destacan los de robótica, diseño y astronomía, que son los más solicitados. Javier, con apenas 12 años, lo tiene claro. Además de jugar quiere "saber más para controlar". Pero este chaval es una excepción, la mayoría de los asistentes quieren jugar. Centenares de juegos se apilan en las mesas junto a las pantallas a la espera de que alguien apriete el intro y comenzar una partida "con los colegas". Y, entre toda la gama de ofertas, una por excelencia: el Counter strike, el más buscado por los cibernautas. Una disputa en la que agentes antiterroristas intentan impedir la labor de los terroristas. Los participantes en la Campus Party participan de forma individual o colectiva. Esta modalidad les lleva a agruparse en

clanes, equipos en los que uno dirige el juego de los demás. Abatares es uno de estos clanes y está compuesto por Maniac, Loboden, Bazoka y Peinicks. Sobrenombres que utilizan para jugar Daniel, Jorge, Luis y Pablo. Ninguno de ellos se conocía en persona porque son de Málaga, Las Palmas, Galicia y Valencia, aunque llevan jugando juntos como equipo desde hace más de un año. "Es una buena oportunidad para ver cara a cara a tus colegas de la Red, y las impresiones normalmente son buenas" afirma uno de ellos.

Un participante en la Campus Party se desplaza con un patinete por el Museo Príncipe Felipe.
Un participante en la Campus Party se desplaza con un patinete por el Museo Príncipe Felipe.CARLES FRANCESC
El atleta Yago Lamela se ha mezclado con los internautas en la Campus Party de Valencia.
El atleta Yago Lamela se ha mezclado con los internautas en la Campus Party de Valencia.EFE

Premios para el diseño de páginas web

La Generalitat concederá a partir de la próxima edición del Campus Party los premios Josep Renau al mejor diseño mundial de páginas web. Así lo anunció el consejero de Cultura y Educación, Esteban González Pons, del PP, al inaugurar la edición de este año.

El consejero, que destaca por el interés que ha mostrado por el mundo de Internet en las diversas responsabilidades políticas que ha desempeñado, aseguró que ahora no existe ningún premio internacional de estas características. El nombre que llevarán estos premios constituye un nuevo guiño progresista de este consejero, ya que Renau fue un destacado cartelista que recibió el encargo del Gobierno de la República de organizar el pabellón español de la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París y que encargó a Picasso la creación del Guernica. La Generalitat también dará el nombre de Renau a las becas para jóvenes diseñadores valencianos de páginas web.

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